Nuestro pésame más profundo y nuestra alegría de haberlo conocido como profeta de nuestro tiempo. Ha muerto D. Alberto Iniesta, un obispo humilde y sencillo, un hombre de Dios y de bien, de sueños democráticos y libertades. Un hombre distanciado de poderes y ambición de medrar. Servidor de comunidades y que amó profundamente a la Iglesia desde el anonimato.
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