miércoles, 30 de noviembre de 2016

Implicación en la misión “ad gentes” de la familia


                                       Por Mª Jesús Hernando. Misiones Extranjeras 275

El Nuevo Testamento, en el libro de los Hechos de los Apóstoles, nos narra como el matrimonio de Priscila y Áquila habían ido a Corinto, después de ser expulsados de Roma (cf. Hch 18, 2). 

En esta ciudad griega conocieron a Pablo y, posteriormente, le acompañaron en su tarea misionera y en las dificultades que esta entrañaba (cf. Hch 18, 18-19, 26; 1 Co 16, 19; Rm 16, 3-5).En sintonía con esta misión ad gentes de las primeras comunidades cristianas, están las palabras que el papa Juan Pablo II escribía, al inicio de su encíclica Redemptoris misio: “la misión de Cristo está sólo en sus comienzos”[1]. Esta afirmación del papa, nos invita a tomar conciencia de que es de todos los miembros de la Iglesia la responsabilidad de que llegue a todos los hombres el mensaje del Evangelio y la fe en Cristo. Todos, hoy día, estamos llamados a imitar el ejemplo de este matrimonio misionero de Aquila y Priscila. La Iglesia, nos dice la Familiaris Consortio, necesita la presencia de cónyuges y familias cristianas que, al menos durante un cierto período de tiempo, vayan a tierras de misión a anunciar el Evangelio, sirviendo al hombre por amor de Jesucristo “hasta los últimos confines de la tierra” (Hch 1, 8.) como verdaderos y propios misioneros» del amor y de la vida[2].


Para ello, es preciso, que las familias oren y estén unidas a la Vid fecunda que es Cristo. De este modo, por medio de la Iglesia, podrán escuchar su llamada a vivir la misión ad gentes y redescubrir que son un sujeto imprescindible para la evangelización y la misión. Misión que, además, es propia y original, dado que responde a su ser de comunidad íntima de vida y amor; porque permite experimentar que el Evangelio de la familia es alegría que “llena el corazón y la vida entera”, dado que en Cristo somos liberados de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento y del pecado[3].
En la misión ad gentes de la Iglesia y en su urgencia misionera, la familia, asimismo, debe estar dispuesta a asumir las palabras de san Pablo que nos pide correr «en la carrera que nos toca, sin retirarnos, fijos los ojos en el que inició y completa nuestra fe: Jesús, que, renunciando al gozo inmediato, soportó la cruz, sin miedo a la ignominia» (Hb 12, 1-3).
Tener presente este mensaje, ciertamente exige –como señala el papa Francisco-, “una conversión pastoral y misionera, que no puede dejar las cosas como están”[4]. Exige, jugársela por amor. Y esto, al igual que para Jesucristo, pasa por situaciones de cruz. Momentos donde parece que todo se vuelve cuesta arriba. Pero, a pesar de todo ello, y con la fuerza de Aquel que ha vencido al sufrimiento y a la muerte, la familia debe seguir siendo testimonio, y proclamar, sin desánimo -en un mundo que tiene olvidado a Dios-, que prescindir de Él, “actuar como si no existiera o relegar la fe al ámbito meramente privado, socava la verdad del hombre e hipoteca el futuro de la cultura y de la sociedad”[5].


Mª Jesús Hernando. Misiones Extranjeras 275





[1]        Juan Pablo II, Redemptoris Missio, 49.
[2]        Cf. FC, 54. Conc. Vat. II, Const. dogmática sobre la divina revelación Dei Verbum, 1.
[3]        Cf. Francisco, Evangelii gaudium, 1. Sínodo de los Obispos: La vocación… LG, 11. 41. Apostolicam actuositatem, 4. Juan Pablo II, Redemptoris Missio, 49. FC, 50. 52.
[4]        Francisco, EG, 25.
[5]        Benedicto XVI, Discurso en Valencia Cf. Id., Deus caritas est, 39. Cf. Francisco, Discurso en Filadelfia.

domingo, 27 de noviembre de 2016

ESTAD PREPARADOS..24,37-44

caminos de África

Iniciamos este Adviento,  Señor,  
con la esperanza de que despiertes nuestra vida, 
nuestro corazón acartonado.
Ayúdanos a salir de nuestro invierno frío, 
que se acurruca en banalidades, 
que se alimenta de fútiles esperanzas,
que se seca como planta sin agua
que ha perdido la belleza y el calor de tu amor.

Despierta nuestra sed de tí, nuestra hambre de hermanos.
andamos alimentándonos de migajas
pudiendo alimentarnos de las hogazas de tu amor
que sacian más que el hambre humano

Despierta en nosotros el amor por tu claridad,
la luz que nos ampara
tu fuego que nos abrasa, tu locura que nos echa a la calle,
tu sueño que nos levanta en vilo la esperanza.

Échanos al camino y hagamos canción de la paz, la justicia,
la verdad y la vida de tu Reino.

Espabílanos, despiértanos, descéntranos 
para andar contigo este camino de luz. 
 
 

miércoles, 16 de noviembre de 2016

UN COMPROMISO PARA TODA LA VIDA CON LA MISIÓN: JORGE LÓPEZ, MISIONERO

El día 23 de octubre, además del DOMUND, en la Parroquia de San Fernando de Burgos, Jorge misionero en Zambia se compromete para toda su vida con el Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME).  Jorge ha elegido el día más misionero en todo el mundo, para entregar su vida al compromiso de la misión.
Ha sido una celebración muy emotiva y participativa, rodeada de familiares, amigos y de su querida comunidad parroquial. Un gesto muy bonito ha sido el de su madre, una madre generosa que deja partir a su hijo a anunciar el Evangelio.  "Sal de tu Tierra".

 Os invitamos leer el testimonio de Jorge, misionero en Zambia que ha publicado la revista Sembrar «Ser misionero es amar y compartir el sufrimiento con los demás»
La diócesis de Burgos es una de las que más misioneros aporta. Uno de ellos es Jorge López Martínez, quien desde muy joven sintió la llamada a esta vocación y desarrolla su trabajo en Zambia desde hace 5 años. Hoy te traemos su testimonio.

Jorge López Martínez nació en Burgos en 1971 y su vida en Burgos transcurrió en las parroquias de San Fernando y Santa Águeda en las que fue catequista. También colaboró en las actividades parroquiales de Briviesca. En 1997 fue ordenado sacerdote siendo arzobispo de Burgos don Santiago Martínez Acebes. Su primer destino fue la parroquia del Espíritu Santo y luego el Valle de Losa donde atendía a 40 pueblos junto con otro sacerdote. Tras prepararse para misiones durante un año en Madrid y vivir 10 meses en Irlanda aprendiendo inglés, en septiembre de 2012 fue enviado a Zambia, en el sur de África donde hoy continúa desarrollando su labor misionera en Mufumbwe, en la parroquia de Holy Trinity.


Jorge siempre sintió interés por la vocación misionera, era algo que ya le llamaba la atención desde que estudiaba en el Seminario Menor. Una inquietud que fue creciendo tras ordenarse sacerdote, y que tuvo su primera oportunidad de vivirla en 2012, cuando vivió dos meses en Bolivia para colaborar en El Alto con Juan Carlos, un sacerdote burgalés que desarrolla un interesante proyecto. A pesar de este impulso, nunca pensó que su destino sería África, concretamente a Zambia. 

Gente generosa

Allí lleva ya cinco año, y es un país que le impresiona: «existe un contraste entre la capital, Lusaka, repleta de comercios y de tráfico;  y los poblados rurales en los que yo vivo, donde las casas son de adobe y paja y la gente vive una vida muy sencilla. Son agricultores y dependen de la cosecha, su vestimenta es muy humilde y su alimento principal es el nshima, una especie de harina de maíz. Cuando llega la temporada de lluvias, en los primeros meses del año, hay familias que apenas tienen qué comer, porque no pueden cultivar nada y dependen de las reservas, pero es gente muy generosa, y lo poco que tienen lo reparten con quien lo necesita».


 El día a día de Jorge transcurre como sacerdote de la parroquia y es bastante intensa, porque está solo. Su principal labor es visitar, acompañar y formar a los catequistas o animadores, porque ellos son quienes mantienen viva la actividad en las 16 capillas repartidas por toda la zona de influencia de la parroquia que alcanza los 102 kilómetros. «Me levanto a las seis de la mañana, rezo, leo el evangelio, luego voy al mercado para entablar contacto con la gente, con los niños que van a la escuela, y ayudo en los trabajos de construcción de una nueva iglesia que estamos haciendo, también dedico bastante tiempo a preparar las homilías en las lenguas nativas. Y por las tardes siempre hay actividad en la parroquia, con reuniones de grupos y cultos».

Aunque ya se desenvuelve bien y está siendo una experiencia positiva, Jorge reconoce que los comienzos fueron duros: «No entendía su idioma y me era difícil comunicarme, no entendía lo que me decían». Fue un primer año difícil, «pero luego cuando comienzas a entender, el ánimo y las ganas por hacer cosas se multiplica. Para mi ha existido un proceso de purificación que supone la renuncia a muchas cosas que tienes que dejar para darlo todo por las personas que están más cerca».

Una Iglesia joven

Jorge cuenta que la Iglesia lleva solo 35 años en Zambia y su labor ha sido inmensa, «ha traducido a las diferentes lenguas los Evangelios y contribuye a la cultura y formación de niños y adultos mediante la creación de escuelas y universidades. Ahora la labor se complementa también en el ámbito sanitario y asistencial». Además, también destaca las buenas relaciones entre la Iglesia Católica y la Protestante, «que llegó primero a estas tierras y está muy arraigada». El ambiente es bueno, «e incluso hacemos varias celebraciones conjuntas al año los católicos y protestantes».

Con motivo del día del Domund que celebramos hoy, Jorge quiere transmitir un mensaje a los misioneros burgaleses: «Lo primero que se sientan alegres porque Burgos aporta muchos misioneros en las distintas partes del mundo. Hoy ser misionero debemos vivirlo en clave de misericordia, el misionero sale para amar y acompañar, no para adoctrinar, sino para compartir el sufrimiento con los demás. Debemos ayudar al despertar de las vocaciones misioneras, una tarea de sacerdotes y laicos, para que, como nos pide el papa, la Iglesia y los cristianos perdamos el miedo y los complejos para llevar el mensaje de Jesús a todas las personas».



                                          Publicado domingo, octubre 23, 2016 Por Misiones Diócesis de Burgos

viernes, 11 de noviembre de 2016

SIRVIENDO EN FAMILIA A LA MISIÓN

Cartel y lema de la Campaña

Hay tres palabras en el título que son de extrema importancia. Seguramente las habremos captado al instante.

Beni Thsuma con su mujer y su hija pequeña

Sirviendo. Es un presente continuo o gerundio. Supone una acción continuada. El servicio ya entraña una disposición especial. Es una actitud de diaconía que requiere empatía y simpatía con la empresa que se lleva a cabo. Servir es disponibilidad y es sensibilidad. La acción que se lleva a cabo tiene precio y por eso mismo vale la pena ponerse en actitud reverente para llevarla a cabo. Es una acción gratuita y cargada de ternura y misericordia.

En la comunidad

  Familia. ¡Qué palabra tan preciosa! ¡Concentra tanto significado en cada uno de nosotros, tanto amor, tanto corazón y cariño! Por ella, por la familia somos capaces de todo. Preciosa la exhortación que nos ha enviado el Papa Francisco sobre la familia, La alegría del amor. La titula así como si al decir familia, se nos abriera el corazón de par en par recordando cuánta dicha y felicidad hemos vivido, recordando cuánto somos por la familia. Nuestra existencia se ha realizado gracias a ella. Somos por nuestra familia.

Con su familia

“Toda la vida de la familia-nos dice el Papa en la Exhortación- es un ´pastoreo´ misericordioso. Cada uno, con cuidado pinta y escribe en la vida del otro ´vosotros sois nuestra carta escrita en nuestros corazones…no con tinta sino con el Espíritu de Dios vivo (2 Cor 3,2-3) Cada uno es un pescador de hombres (Lc 5,10) que en el nombre de Jesús echa las redes (cfr Lc5,5) en los demás..” (AL 322)

Con niñas de la comunidad

Es por lo que representa la familia por lo que el II Sínodo de África (África Munus) adoptó la idea Iglesia-Familia de Dios como su principio guía para la Evangelización de África. Es por eso que los Catequistas y líderes de las comunidades sienten la familia como una motivación para sus vidas y para la vida de sus comunidades. Es desde esta experiencia de familia como entienden el sentido de su responsabilidad y las relaciones recíprocas que tienen que ir creando.

parroquia de Dandanda



Misión. Porque la Misión no es nuestra sino del Espíritu de Dios. Por él participamos en la Misión de amor que está en el centro del Dios trino. Esto da lugar a un testimonio que promueve sin cesar los valores del reinado de Dios en un dinamismo de vida y amor, justicia y paz, esperanza y misericordia. Los catequistas se sienten implicados con sus familias en este dinamismo, generando para la Iglesia comunidades vivas y samaritanas. Es por ello que viven Sirviendo en familia a la Misión.

Casa familiar de Beni Thsuma



¡MUY BIEN, EMPLEADO FIEL Y CUMPLIDOR!

Juan José Alarcia, natural de Villasur de Herreros y misionero del IEME (Instituto Español de Misiones Extranjeras) en Zimbabue, marchó a la casa del Padre el 2 de Noviembre de 2016. Me uno a todos los que han escrito estos días versos de agradecimiento y alabanza a quien se ha marchado sin hacer ruido cuando a sus 73 años estaba aún en plenitud de facultades en su trabajo al servicio al Evangelio.

En medio de misioneros burgaleses

Nace en 1943 en Villasur de Herreros (Burgos). En 1954 entra en el Seminario Menor y en 1960 pasa al Seminario Nacional de Misiones de Burgos. Ordenado sacerdote en 1967 es enviado en 1970 como misionero a Zimbabue, Rodesia del Sur por aquél tiempo. Aprende Inglés en Mazowe (Harare). En 1971 aún en el aprendizaje del Shona es destinado a la Misión de Chireya donde una de sus tareas fue reparar y construir puentes para hacer más fácil el acceso. De 1975 a 1986 trabaja en la Misión de Dete. De aquí a la Misión del Sagrado Corazón (Jambezi) hasta 1995, año que regresa a España para hacer labores de animación misionera entre sacerdotes y seminaristas. En 1998 es elegido secretario general del IEME en Madrid. Reelegido en 2003 y en 2008 vuelve a Zimbabue como encargado de la parroquia de San Gorge en Hwange y Administrador Diocesano de la Diócesis así como consiliario diocesano de Cáritas. Desde 2015 atiende en Victoria Falls las parroquias de Nuestra Señora de la Paz y San Kizito.

Juanjo a la izquierda con el grupo de Zimbabue.

No es mi objetivo hacer una biografía de este burgalés sino sumarme a esta oleada de agradecimientos que cantan no las cualidades de un gran hombre sino las maravillas que Dios ha hecho a través de él como misionero. Tuve la suerte de conocerlo en esa etapa final de su vida, desde finales de los 90 en las convivencias misioneras a las que yo acudía desde 1989, y de manera más intensa en los últimos 9 años que llevo como misionero en Zimbabue. Juanjo ha sido para todos los misioneros que trabajamos aquí y también para los sacerdotes locales un modelo en casi todas las áreas, un ejemplo que no será fácil olvidar. Cuando preparaba la homilía de la fiesta de Todos los Santos, que aquí en Zimbabue hemos celebrado el 6 de Noviembre, me daba cuenta de que Juanjo encajaba en casi todas las bienaventuranzas que propone el Evangelio. Ello significa que se tomó muy en serio el seguimiento de Jesús en su esencia. Sin pretenderlo y quizá sin que fuera muy consciente de ello, Juanjo refleja un retrato con retazos de cada una de ellas: sencillo, comedido, austero, sufrido, amigo, honesto, bondadoso, enamorado de la verdad y la justicia, luchador infatigable, constructor de puentes, servidor del Reino…

La soledad del amigo


Ha sido ante todo un misionero enamorado de su trabajo al servicio del Evangelio. Allí donde se le pedía estar, allá que iba y podías estar seguro de que iba a desarrollar su trabajo con un gran sentido de la responsabilidad y la mayor entrega posible: Misiones de Chireya, Dete, Kamativi, Kariangwe, Sagrado Corazón, animación misionera, servicio de secretario general en Madrid alternando con su trabajo pastoral en la parroquia de Ntra. Sra. del Henar de Madrid, Administrador Diocesano, Director de Cáritas, parroquias de Victoria Falls… Esta variedad de trabajos indica su valía y su capacidad de adaptación a cualquier ambiente y situación. Juanjo ha sido un misionero muy trabajador y entregado a las tareas del Evangelio, de esos que no les importa que se dé altavoz a lo que hacen. “De casta le viene al galgo… ”

En su funeral


Por otra parte, fue un hombre que cultivó hobbies y cualidades. Uno de ellos era el pasar las vacaciones descansando en su pueblo de Villasur de Herreros, en convivencia con su familia y muy interesado en la vida social de sus vecinos. Amante de su computadora, magnífica herramienta de trabajo que dominaba desde las tripas al corazón y que le ofrecía tantas ventajas. Asimismo un “apañao” para todo, un “manitas” con su caja de herramientas de todo tipo; no se le resistía cachivache que no hiciera funcionar de nuevo. Aquí en África es fácil desconectar del exterior pero él estaba al día de lo que pasaba en el mundo, de los problemas de la gente, tanto de los de lejos como de los de cerca. Enamorado de los niños, como no podía ser de otro modo aquí en el continente africano donde no se encuentra misionero feliz que no ame a los niños y por quienes él sentía particular cariño y admiración, especialmente hacia el Movimiento de la Infancia Misionera. Otro de sus hobbies fueron las lenguas, además del Inglés aprendió muy bien las dos principales del país: el shona y el ndebele. Servicial y siempre disponible para sus compañeros y para las religiosas Hijas del Calvario a las que estimaba y dedicaba muchas veces parte de su tiempo libre para hacer algún pequeño “outing”  tanto en Zimbabue como en España.

Funeral

Hemos sentido mucho su marcha y nos ha dejado una gran pena en el corazón, pero al mismo tiempo  damos gracias al Señor por su ejemplo, dedicación y contribución a la vida misionera y al anuncio del Evangelio. Intentaremos desde nuestras limitaciones continuar la tarea encomendada con la misma ilusión, entrega y alegría que caracteriza a todo buen misionero. A él pueden aplicarse, como a tantos otros por qué no, aquellas palabras de Jesús: “¡Muy bien! Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu Señor”. Sí, hermano Juanjo , “muy bien” y muchas gracias.


La soledad de la comunidad 
Luis Carlos Rilova Hurtado, burgalés y misionero del IEME en Zimbabwe.


miércoles, 2 de noviembre de 2016

UN GOLPE HELADO AL SABER DE LA MUERTE DE JUAN JOSÉ ALARCIA

Los versos de Miguel Hernández en su elegía a Ramón Sijé se adentran de golpe en mi cabeza y se amasijan con el recuerdo, y con la bondad de Juanjo. Me llega un dolor en una una garganta bloqueda de llanto y de ternura,

                         .....Un manotazo duro, un golpe helado, 

                           un hachazo invisible y homicida, 

                         un empujón brutal te ha derribado.....

                       .....Temprano levantó la muerte el vuelo, 

                         temprano madrugó la madrugada, 

                         temprano estás rodando por el suelo..."                  


Parroquia de Victoria Falls con los alta rboys and girls

Quiero hacer mías las palabras que en este día nos escribía su compañero y amigo Pepe García González al saber la noticia de su muerte en esta mañana del Día de difuntos. Las hacemos nuestras para nuestro Blog.


"La noticia al amanecer del Dia de Difuntos me cayó como una bomba. Una bomba de racimos. Imaginé el estupor de  Alberto al encontrar el cuerpo inerte de Juanjo Alarcia yacente en su cama, sumido ya en el sueño de la paz eterna. Se agolparon en mi mente años de recuerdos entrañable junto a él o en el recuerdo distante. Aquellos años de Burgos, ambos a las órdenes del incomensurable padre César. Y a lo largo de nuestras vidas, encuentros en Ferrer y en Zimbabwe. 

Con José María García en Victoria Falls

El Juanjo sencillo e infinitamente dulce que nunca levantó la voz, ni siquiera en las discusiones acaloradas. Alma noble y manos habilidosas que arreglaban ingeniosamente artilugios de toda clase necesitados de reparación, relojes, chismes eléctricos, cacharros descompuestos...Todo volvía a cobrar vida en sus habilidosas manos.

Juanjo, el eficiente servidor entregado diez años al trabajo monótono y silencioso en las oficinas de Ferrer. Chari le llorará como se llora al compañero definitivamente ausente después de diez años de trabajo conjunto y amistad.


Siempre sonriendo

Juanjo, el misionero de vanguardia deambulando de tribu en tribu y de lengua en lengua (Chireya: Sona; Kariyangue: Tonga; Dete y Hwange: Nambya y Sindebele). Infatigable. Hubiera cumplio sus Bodas de Oro sacerdotales el el 8 de Julio del año próximo.

Juango, amigo entrañable, servidor solícito y fiel a la causa de Dios y de los pobres: no puedes estar en otro sitio que en la Casa del Padre. Tu vida ha sido enteramente para Dios, y ahora tendrás a Dios para ti. Tan cerca de Él... Acuérdate de todos los que rozaron tu vida en este mundo y continuamos en él. Te rogamos, ¡óyenos! 

Con la master teacher de la escuela católica


Un gran abrazo con añoranza de eternidad. PP-GG y un abrazo de toda la Dirección general del IEME