sábado, 30 de diciembre de 2017

FELICIDADES A DON JOSÉ COBO, JESÚS VIDAL Y SANTOS MONTOYA, NUEVOS OBISPOS AUXILIARES DE MADRID

El arzobispado de Madrid ha hecho público el nombramiento de tres obispos auxiliares para la archidiócesis de Madrid. Entre estos está José Cobo que era, en la actualidad, el vicario de la Vicaría II de Madrid donde se encuentra ubicada nuestra casa de Ferrer. Se le ha asignado la sede titular de Beatia (Baeza, Biatien-sis), que tenía como metropolitana a Sevilla.

José Cobo
El recién nombrado obispo auxiliar de Madrid José Cobo Cano nació en Sabiote (Jaén) el 20 de septiembre de 1965. Es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y entró en el seminario de Madrid en 1988. También realizó los estudios de Ciencias Morales en el Instituto Redentorista, vinculado a la Universidad de Comillas. El 23 de abril de 1994 fue ordenado sacerdote.


José Cobo ha sido una persona muy cercana al trabajo de campo, de los grupos, de los arciprestazgos, de los sacerdotes. Desde esta página le queremos FELICITAR y rezamos para que su trabajo lleve a la Iglesia a vivir en salida misionera y samaritana. 

los tres nuevos obispos

Junto a él han sido nombrados dos obispos más Jesús Vidal, rector del Seminario de Madrid entre otros cargos y Santos Montoya  que es natural de La Solana (Ciudad Real) y donde pasó su infancia hasta que sus padres se trasladaron a Madrid, En la actualidad era el Párroco de la Parroquia de la Beata María Ana de Jesús. Para ambos nuestras  felicitaciones y auguramos también lo mejor para su nueva tarea pastoral.

Felicitaciones al subdirector de las OMP D. José María Calderón

El 28 de diciembre fue nombrado como Subdirector de las OMP el que sigue siendo Delegado diocesano de misiones y Director diocesano de las OMP de Madrid D. José María Calderón. Desde esta página queremos felicitar el nombramiento como Subdirector de las OMP que seguro estamos aliviará al actual director D. Anastasio Gil de muchos trabajos y compromisos. Desde esta Institución misionera del IEME seguimos en disposición de trabajar conjuntamente con él en el trabajo misionero que desarrollan las OMP.

El nuevo subdirector D. José María Calderón ha estado vinculado siempre y vivido experiencias misioneras en varios continentes.  En calidad de su cargo como Director diocesano OMP estaba incorporado a comisiones económicas internacionales de las OMP en Roma. En la toma de su cargo expresó: "Doy gracias a Dios por haberme dado la oportunidad de conocer la labor de los misioneros españoles en el mundo. Me impresiona la grandeza de ánimo, el espíritu de sacrificio y la alegría por llevar a Jesús a quienes aun no lo conocen".

miércoles, 13 de diciembre de 2017

CATEQUISTAS MISIONEROS, ESPERANZA DE LA IGLESIA

En la Jornada misionera de 1980, hace ya 37 años se escribía la siguiente reflexión en torno a este título que precede y que era el lema de aquel año:



"El catequista o animador de la comunidad fue una figura clave en la evangelización de muchos países. Su bicicleta recorrió los más remotos poblados de la selva. Su lengua repitió incansablemente a cientos de hombres y mujeres lo más esencial del mensaje cristiano. Su dedicación desinteresada y su celo, aun en las más grandes dificultades y peligros, arrastraron a mayores y niños hacia la fe cristianan.

El catequista instruía, visitaba a los enfermos, preparaba a quienes iban a recibir los sacramentos, presidía las celebraciones de la palabra y era el mediador entre el misionero y los cristianos.

La remodelación de la Iglesia local como comunidad de fe y de acción con ministerios propios ha multiplicado los catequistas. Hoy empiezan a ser fruto de la propia comunidad a la que sirven. Es así como la comunidad se engendra, crece y fortalece.

El objetivo es claro: que cada comunidad cristiana esté dotada de sus propios anunciadores y formadores de la fe. El catequista de antes, venido de fuera, anunció la fe que desembocó en comunidad. El catequista de hoy anuncia desde la joven comunidad la fe que se hace vida y crece.

domingo, 10 de diciembre de 2017

EL IEME CON EL PIE EN EL PRESENTE Y LA MIRADA EN EL FUTURO

Año tras año os hemos ido dando a conocer distintas facetas del IEME: de lo que somos y de lo que queremos ser; de nuestros trabajos en la misión fuera de nuestras fronteras y de nuestra tarea de animación misionera aquí en España, de nuestros sueños y nuestras esperanzas (también de nuestras dificultades y limitaciones). Hemos dejado muy claro que nuestra iglesia española y todos nosotros, como bautizados, somos y tenemos que ser misioneros. Nos lo dice jesús en el evangelio, nos lo ha dicho el Papa cada rato y nosotros lo sabemos muy bien. ¿Lo creemos y lo vivimos? Ese es otro cantar…


Nosotros, los sacerdotes misioneros del IEME, somos una cara visible de esa iglesia misionera (otras caras son los/as religiosos/as, los laicos). Y no queremos repetir sin más, hacer lo mismo siempre. Por supuesto que lo esencial no cambia: anunciar la Buena Noticia del Reino, con obras y palabras, especialmente a los pobres, como lo hizo Jesús (Lc 4, 16-21). Somos muy conscientes de estar no sólo en una época de cambios (y muy rápidos) sino en un “cambio de época”, donde todo se replantea. Ello nos obliga a reflexionar, evaluar, cambiar, convertirnos…


Afortunadamente, en el IEME tenemos establecida una Asamblea General cada 5 años. Y este año, 2018 en mayo, nos toca hacerla. Nos reuniremos representantes de todos los países donde estamos trabajando, más los de España, para preguntarnos con sinceridad: ¿dónde estamos? qué estamos haciendo? cómo lo estamos haciendo?... Y, sobre todo, sí es eso lo que el Señor nos pide, si es eso lo que hoy necesitan los pueblos y las iglesias donde trabajamos. Y adelantarnos al mañana.


No cabe duda de que es importante que tengamos bien puestos los pies en el presente (en el mundo de hoy y en la Iglesia de hoy, la que nos dibuja cada día el papa Francisco). Y es importante que pongamos la mirada no tanto en el pasado sino en el futuro: lo que queremos ser y hacer, lo que Dios espera de nosotros y aquello a lo que tienen derecho a esperar los pueblos a los que somos enviados.
Desde ahora os agradecemos vuestras oraciones para que acertemos en nuestra Asamblea General de este año. Somos menos y mayores cada vez, pero eso no nos exoneran de tratar de ser mejores, de trabajar cada día mejor. Y “si el Señor no construye la casa en vano se esfuerzan los albañiles” (Sal 127). Que Él nos eche una mano. Por adelantado, nuestra gratitud a vosotros.


ASOCIACIÓN AMIGOS DEL IEME

Ayer sábado día 9 de diciembre, la Asociación de Amigos del IEME tuvo su encuentro anual de San Francisco Javier. 

 Nos reuníamos alrededor de unas cincuenta personas entre amigos y miembros del IEME.  Este encuentro es como en cada ocasión un momento para afinar la memoria, regocijarse en los recuerdos, saborear la amistad, vivir aun experiencia de fe y pasárselo lo mejor que se pueda. 


Los asociados fueron llegando alrededor de las diez de la mañana, matrimonios, "singles", según estado. Se tuvo un primer encuentro-asamblea donde se  presentaron las personas que aún no se conocían, se dieron informes, se habló de las actividades de la asociación a lo largo del curso, se abrieron diálogos y se terminó con la exposición-enfoque de la Jornada de catequistas nativos y del IEME. La Asamblea estuvo presidida por Angel Sainz, presidente de la Asociación.


Tras este momento necesario se pasó a la Eucaristía que había sido preparada en sus cantos exquisitamente. Misa de Angelis recordando viejos tiempos, aunque las voces no estaban tratadas tan finamente como en otros tiempos. Una eucaristía que presidió José María Rojo y concelebraron Isidoro Sánchez y Ángel Becerril.


Tras la misa, la Mesa y tras la mesa una sobremesa sabrosa de cantos, bailes, chistes y actividades que se remontaban a los viejos tiempos de Burgos y otras actividades más modernas. Buen ambiente, buen rollo y todos tan contentos.








miércoles, 6 de diciembre de 2017

¡No nos dejemos robar el espíritu misionero!

Hace ni más ni menos que 35 años (1982) (algunos de los que escribimos esto no habíamos sido ordenados aún) se escribía la siguiente reflexión:

“-`¿Ir a misiones?´
-“No es el momento”, se piensa. Y luego, la tan sabida frase: “Bastantes misiones tenemos aquí” o la otra respuesta que parece más cristiana: “Van a tener que venir desde allá a misionarnos a nosotros ¿quién sabe?

En cierto modo, aquellas iglesias jóvenes y misioneras, con sus animadores y catequistas de comunidad, su testimonio sencillo, y hasta sus persecuciones y mártires, nos devuelven ya el evangelio como más vivo y comunitario. Este intercambio, diálogo y el “contar entre hermanos las maravillas que el Señor obra en otros pueblos”, tal como lo hacían los Hech 15, 3-4, es parte importante de la Misión. Para vivirla en plenitud la Iglesia es misionera, sale se abre a otras culturas y escucha allí “las semillas del Verbo”, nos dice el Vat. II


La Misión es una exigencia vital del Evangelio, es de lo más institucional en la Iglesia de Jesús. El miedo, la tal prudencia “humana” nos cierran el horizonte y con frecuencia nos paralizan. Cierto que vivimos tiempos de crisis, esperas y búsquedas. Pero lo que ya parece poco evangélico es que nos busquemos salidas a base de seguridades, intereses, muy privados y vueltas hacia atrás. “Desde la fe” las salidas son siempre hacia adelante, hacia un mayor riesgo y entrega y generosidad.

Queriendo revitalizar nuestra Iglesia de España no podemos encerrarnos en nosotros mismos diciendo: “Dios les guarde, hermanos, se las vayan arreglando” ¿Todo lo contrario!


Ir  a los más pobres, a los otros, esa es la opción preferente en el Evangelio de Jesús…..”Y así,  después de 35 años el Papa Francisco vuelve a reflexionar en los mismas claves, quizás con otras palabras.. “la alegría del evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús” “Ser Iglesia en salida” abandonando la “autorreferencialidad”,  abrirse a los desafíos de hoy, las tentaciones de los agentes e Iglesia que sumergen la actividad misionera en una crisis de miedo y desesperanza….y se permeabiliza en una crisis espiritual misionera. 

¡No nos dejemos robar el espíritu misionero!

SAN FRANCISCO JAVIER 2018

El 2 de diciembre hemos vivido en nuestra casa de Ferrer la fiesta deL PATRÓN DEL IEME  San Francisco Javier. 


Ha sido una fiesta sencilla y con un grupo del IEME que se ha desplazado hasta Madrid a pesar de ser una fecha algo incómoda por ser  sábado y comienzo de adviento. Quien estaba más vinculados a parroquias ha sido una combinación algo difícil. 


Instituciones misioneras y religiosas nos han acompañado en un  día que pretendía apiñarnos quienes sentimos la misión ad gentes como experiencia vinculante de nuestro hacer y sentir.

  Presidió la Eucaristía el director general, aunque con él estuvo el obispo D. Ángel Floro, obispo dimisionario de Zimbabue, pero que la operación que sufría de la muñeca le impidió que fuera él quien la presidiera. Acompañando también la presidencia  concelebraba D. Amadeo, el vicario general de pastoral de la región sur de Lima.  Se centró el presidente en hilar una reflexión que enlazaba la tarea misionera del clero diocesano y del IEME en el momento de surgir como Institutto misionero, con la realidad actual de impulsar la tarea ad gentes desde las claves en que se sitúa la reflexión actual del papa Francisco.

Como todos los años, tras la misa la mesa a la que nos acompañaron todos los amigos y amigas que nos acompañaban en la Eucaristía. En ese clima de amistad, sencillez y experiencia de fraternidad misionera se fue desdibujando la tarde que volvía a las faenas de cada día,



martes, 5 de diciembre de 2017

El Papa, Myammar y OMP

El Papa Francisco, durante su viaje apostólico en Myanmar, expresaba su agradecimiento a las Obras Misionales Pontificias. Gracias a “la generosa asistencia proporcionada por las Obras Misionales Pontificias – decía el Santo Padre – la Iglesia en este país está ayudando a un gran número de hombres, mujeres y niños, sin distinción de religión u origen étnico”.


Lo decía durante la homilía de la Misa que ha celebrado hoy en el Kyaikkasan Ground, en Rangún, la antigua capital del país. “Muchos de vosotros habéis venido de lejanas y remotas tierras montañosas, algunos incluso a pie. Vengo como peregrino para escuchar y aprender de vosotros, y para ofreceros algunas palabras de esperanza y consuelo”. Y les ha hablado de la cruz – la verdadera sabiduría del Señor –, de curación, del bálsamo saludable de la misericordia.

“Sé que la Iglesia en Myanmar ya está haciendo mucho para llevar a otros el bálsamo saludable de la misericordia de Dios, especialmente a los más necesitados. Hay muestras claras de que, incluso con medios muy limitados, muchas comunidades anuncian el Evangelio a otras minorías tribales, sin forzar ni coaccionar, sino siempre invitando y acogiendo. En medio de tanta pobreza y dificultades, muchos de vosotros ofrecéis ayuda práctica y solidaridad a los pobres y a los que sufren. Con el servicio diario de vuestros obispos, sacerdotes, religiosos y catequistas, y en particular a través de la encomiable labor de la Catholic Karuna Myanmar y de la generosa asistencia proporcionada por las Obras Misionales Pontificias, la Iglesia en este país está ayudando a un gran número de hombres, mujeres y niños, sin distinción de religión u origen étnico. Soy testigo de que la Iglesia aquí está viva, que Cristo está vivo y está aquí con vosotros y con vuestros hermanos y hermanas de otras comunidades cristianas”.

La ayuda de las Obras Misionales Pontificias a la Iglesia de Myanmar ha estado presente año tras año, durante decenios. La Iglesia universal y católica se hacía presente y cercana a la Iglesia de Myanmar con estas ayudas, que este año 2017, han ascendido a 1.498.500 dólares. Un dinero que, como ha dicho el Papa, ha ido a apoyar a las casi mil instituciones educativas y sociales de la Iglesia, que van desde colegios a residencias de ancianos, por leproserías y orfanatos, que muestran el compromiso de todas y cada de las 16 diócesis de Myanmar por estar cerca de los más necesitados de la sociedad.


Obras Misionales Pontificias extienden este agradecimiento del Papa a todos los donantes que colaboran con el DOMUND, con Infancia Misionera y con la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol.
(Fuente: Obras misionales Pontificias)