jueves, 29 de mayo de 2014

Vietnamitas y el milagro de Takatori

Japón. Día 17 del mes primero (1?17?) del año 22 de la Era Heisei (??22?), Era del desarrollo y de la paz. Año del tigre, según el calendario chino. Año 2010 desde el nacimiento de Cristo.

17 de Enero.1?17? = 1.17  es un número significativo para la zona donde se haya ubicada una de las parroquias donde trabajamos, Takatori, al oeste de la ciudad portuaria de Kobe. Todo el barrio, incluido el edificio de la iglesia católica, quedó destruido por aquel gran terremoto Hanshin-Awaji acaecido justamente hace 15 años. El terremoto trajo destrucción a su paso y se llevó la vida de más de 6.500 personas. Enseguida se difundió la imagen del Cristo milagroso de Takatori, que detuvo el fuego delante de sí mismo ante una barriada completamente carbonizada. Hay quienes dicen que no hubo nada de milagroso puesto que fueron muchos los que murieron trágicamente, y que el milagro ocurrió después, con el espíritu de solidaridad de mucha gente.



La imagen del Cristo fue traída desde Vietnam en un barco. Era regalo de los refugiados agradecidos por la hospitalidad recibida en la parroquia de Takatori. Cristo se hizo «boat people» con los vietnamitas. Y fue detenido en el puerto durante un mes como objeto sospechoso. Después de todas esas vicisitudes como otros muchos refugiados vietnamitas llegó él también a Takatori, donde encontró no pocas dificultades hasta que los fieles japoneses decidieron el lugar donde colocaban a este Cristo tan colorido de rasgos sud-asiáticos.
Las primeras familias vietnamitas llegaron en 1980 escapando de Vietnam después de fracasar en varios intentos. Justamente 15 años después tuvieron que salir nuevamente corriendo de sus casas a causa del terremoto que sepultó sus hogares y las fábricas donde trabajaban. Curiosa y milagrosamente la vida de todas las pobres familias católicas quedó intacta.
Todos los damnificados fueron realojados en colegios o en tiendas de campaña. Por supuesto, también los vietnamitas y coreanos, que como extranjeros sufrieron más que los nativos, a causa de las barreras del lenguaje, de la falta de información y del sistema que en aquellos momentos de emergencia se mostró ineficaz.
De todas partes de Japón llegaron voluntarios para reconstruir la ciudad destruida. La Iglesia de Takatori se convirtió en la base de operaciones y posibilitó la convivencia de unos con otros, compartiendo todo y superando no pocas barreras culturales. Gracias a ello, surgieron diversos grupos de ayuda, convertidos hoy en 8 diferentes ONGs, que continúan apoyando a extranjeros, niños, ancianos y discapacitados, colaborando en la creación de una sociedad multi-cultural, multi-racial y multi-religiosa.
Desde entonces han pasado otros 15 años. Como cada año, el 17 de enero, a la misma hora que ocurrió el terremoto, 5:35 am, nos reunimos parroquianos y vecinos delante del Cristo de Takatori para agradecer a Dios la vida salvada y para recordar a los que trabajaron un día entre nosotros por construir fraternidad y fueron llevados por el terremoto. Entre los 3 sacerdotes católicos vestidos con sus albas blancas, sobresalían los colores de hábitos talares budistas de 40 monjes que nos acompañaban. Todos nos uníamos en una oración única, aunque con trajes diversos, en el silencio de la fría mañana, alabando al Dios que mueve los hilos de nuestra vida aquí y en tierras haitianas también sacudidas durante estos días por desastres naturales. Entre la multitud de rostros se distinguían también vietnamitas, budistas y cristianos. Desde que llegaron en barco se han cumplido ya 30 años. Su segunda y tercera generación escribirán las líneas del futuro próximo, también delante de este Cristo milagroso que vino con ellos.
En la base de la imagen del Cristo, en los tres idiomas mayoritarios que se hablan en el barrio, coreano, vietnamita y japonés, está inscrita una frase tomada de la Biblia: «Amaos los unos a los otros». Al hacerlo se realiza el milagro.
En el mes 1, el día 17, recordando a los 117 mártires vietnamitas.
   
Miguel Ángel Aragón.

50 ANIVERSARIO DE LA CREACIÓN DE LA DIÓCESIS DE HWANGE

El próximo día 8 de septiembre, la diócesis de Hwange, en Zimbabue, celebra  el 50 Aniversario de su creación como tal diócesis.


La que fuera la Prefectura Apostólica de Wankie,  cambió su nombre  en Hwange a partir de la independencia del país  en 1980. Los misioneros españoles del IEME que habían llegado en 1949 recibieron  de la Santa Sede esta Prefectura que se había desgajado de Bulawayo. Fueron prefectos apostólicos  durante un período de 14 años Alberto Font y después  Domingo Ros.
En Abril de 1963 fue consagrado en Burgos para la nueva diócesis de Hwange  Mons. Ignacio Prieto, misionero del Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME), natural de León, que tomó posesión en Julio de ese mismo año.  Mons. Ignacio Prieto permaneció en la diócesis hasta su jubilación en 1998 y moriría en Madrid en Mayo del 2008. Le sucedió en la sede  de Hwange,   Mons . Roberto Ndlovu, que en el 2004 se le nombró arzobispo de Harare. Fue nombrado entonces como Administrador apostólico y más tarde consagrado obispo en el 2006, Mons. José Alberto Serrano Antón, también misionero del IEME de la diócesis de Zaragoza.
El trabajo evangelizador  que los misioneros españoles habían estado realizando,  se vio compensado con un incremento y una vitalidad tan grande en las comunidades cristianas, que la Santa Sede  vio la conveniencia de dividirla en dos, creándose una nueva diócesis, la de Gokwe. Se consagró obispo a otro español del IEME,  Mons.  Ángel Floro Martínez,  de la diócesis de Albacete y es el actual presidente de la Conferencia Episcopal de Zimbabue.
Los misioneros del IEME han trabajado en la creación de pequeñas y vitales comunidades. Han fomentado el desarrollo y el ministerio de los catequistas, creando la Escuela Nacional de Catequesis que tiene su sede en esta diócesis.  Han trabajado en la creación de escuelas de enseñanza primaria y secundaria, que en algunos casos el gobierno las ha hecho estatales. En el Campo de la salud, creando hospitales como el de Hwange y otros  más pequeños hospitales o clínicas que dependen de la misión como son las de Kariyangwe, El Sagrado Corazón, Kamativi.
La diócesis creó tres centros de pastoral, atendiendo a la sensibilidad de sus diocesanos por sus lenguas autóctonas, el de Santa María para los nambia, Jothsolo para los amandebele y en Binga para los tonga. Es conocido el trabajo que los misioneros del IEME han hecho  en la publicación de textos en estas lenguas. Agustín Moreno Muguruza y Alexander Alapont han trabajado en el diccionario, gramática y traducción de la Biblia al nambia, Juan Villescas trabajó en la traducción de la Biblia al sindebele e  Ildefonso Trujillo ha publicado el catecismo, aparte de inmuerables publicaciones de carácter pastoral y cultural en sindebele. De los tres centros de pastoral, Ildefonso Trujillo  es director del centro en lengua sidebele, Jesús del Barrio, director del de Binga,  en tonga y del centro pastoral para los nambia, el director es ya un sacerdote local.
Después de esta riqueza, espiritual, pastoral, cultural y humana es gratificante celebrar un 50 Aniversario lleno de bendiciones. Felicidades.

miércoles, 28 de mayo de 2014

Misiones Extranjeras 253




PRESENTACIÓN
ESTUDIOS
Bergoglio; Jorge Mario. Dios vive en la ciudad
Mancera Casas; Jaime A.Aproximación al sujeto urbano, interlocutor de la acción pastoral.
Silber; Stefan. Las transformaciones de las megaurbes latinoamericanas y la conversión pastoral.

EXPERIENCIAS-TESTIMONIOS
Saorín Camacho; Pascual.Evangelizar desde las grandes urbes de Asia.
Bustince Sola; Lázaro. Misión en las grandes urbes de África Oriental.
Gallego García; Andrés. Evangelizar en la ciudad. Pequeñas reflexiones desde América Latina.

DOCUMENTOS
Benedicto XVI. Mensaje para la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud 2013.
Benedicto XVI. Mensaje para la XLVII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales.
SEDAC. Mensaje de la Asamblea del Secretariado Episcopal de América Central (SEDAC).

OTRAS PERSPECTIVAS
Molina; Alberto C. Las urbanizaciones privadas (Countries) y el impacto político en la liberación de las comunidades latinoamericanas.
García Maestro; Juan Pablo. La Nueva Evangelización para la transmisión de la fe. Una relectura crítica de un Sínodo.
González-Mohíno; Antonio. Crónica del XXVI Simposio de Misionología.

LIBROS – REVISTAS
Díaz Lorite; Fco. Javier. San Juan de Ávila. Experiencia de fe.
Garrido; Javier. Preguntas sobre Dios. Aclarar malentendidos y abrir horizontes.




“Misión y grandes urbes” es el título de la revista que en esta ocasión ponemos en tus manos. La realidad de las grandes urbes está atravesada por una diversidad que produce al mismo tiempo caos y cosmos. La ciudad se ha convertido en el lugar propio de nuevas culturas que se están gestando e imponiendo con un nuevo lenguaje y una nueva simbología, a la vez que se ha convertido en un gran reto misionero tanto para la Iglesia universal como para las iglesias locales insertas en las grandes ciudades. La búsqueda de estrategias para encarar este desafío está siendo el centro de múltiples debates y reflexiones.
Cómo evangelizar frente a estas nuevas realidades sociales, cómo descubrir la presencia de Dios en las grandes ciudades donde lo que se trasluce es su ausencia, cuál es el kerigma urbano que la Iglesia necesita proclamar hoy como tarea principal de su quehacer misionero…son algunas de las cuestiones que urgen plantearse actualmente en el seno de una Iglesia misionera.
La V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y El Caribe (Aparecida) nos recordaba que “en el mundo urbano, se plantea la creación de nuevas estructuras pastorales, puesto que muchas de ellas nacieron en otras épocas para responder a las necesidades del ámbito rural… La renovación misionera de las parroquias se impone en la evangelización de las grandes ciudades” (Ap. 173).
En la sección ESTUDIOS, ofrecemos la charla inaugural que, el actual Papa Francisco, siendo arzobispo de Buenos Aires, ofreció en 2011 en el primer Congreso Regional de Pastoral Urbana. En “Dios vive en la ciudad”, el Cardenal Bergoglio ayuda a descubrir la presencia de Dios en la gran ciudad a través del ejemplo de Jesús: cómo miró y cómo actuó Él. Jaime Alberto Mancera hace un análisis del perfil que tiene en la actualidad el sujeto urbano, como instrumento para poder llevar a cabo un trabajo evangelizador con rostro urbano. Stefan Silber, teólogo laico alemán, estudia las transformaciones sufridas en los últimos tiempos por las grandes urbes latinoamericanas y sus consecuencias sociales, eclesiológicas y pastorales.
En este escenario de la realidad de las grandes urbes, hay que situar los siguientes tresTESTIMONIOS-EXPERIENCIASPor un lado, Pascual Saorín, misionero en Japón, nos habla de su experiencia en una gran ciudad, a la vez que nos propone unas propuestas para el trabajo evangelizador en el ámbito urbano, especialmente en Asia. También,Lázaro Bustince, tras pasar muchos años en África, relata cómo ve él el proceso social y evangelizador que se ha ido viviendo en las ciudades africanas en las últimas décadas. Por último, Andrés Gallego, misionero y profesor de teología en Lima, comparte con nosotros los criterios que para él son fundamentales en el trabajo evangelizador en la gran ciudad.
En la sección de DOCUMENTOS, ofrecemos dos mensajes de Benedicto XVI. El primero es con motivo de la celebración de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud, que tendrá lugar en Río de Janeiro, en el próximo mes de julio. El segundo es el Mensaje para la XLVII Jornada Mundial de las comunicaciones sociales, a celebrarse el domingo 12 de mayo. También publicamos el Mensaje de la Asamblea del Secretariado Episcopal de América Central (SEDAC) con motivo de la celebración de los 500 años de la fundación de la primera diócesis en tierra firme americana, la actual arquidiócesis de Panamá.
En OTRAS PERSPECTIVAS publicamos el trabajo de Alberto C. Molina sobre la expansión descontrolada de las urbanizaciones privadas en América latina y el impacto que esta situación provoca en todas las dimensiones de la vida, también la religiosa. Juan P. García Maestro hace una relectura crítica sobre el Sínodo para la Nueva Evangelización, a la luz del 50 aniversario del Concilio Vaticano II. Antonio González-Mohíno nos regala la crónica del XXVI Simposio Internacional de Misionología, celebrado en Burgos del 6 al 8 de marzo de este año, cuyo título fue “La fe se hace misión entre las gentes”.
En la sección de LIBROS, recomendamos dos: “San Juan de Ávila. Experiencia de Fe”, de Fco. Javier Díaz Lorite, y “Preguntas sobre Dios. Aclarar malentendidos y abrir horizontes”, de Javier Garrido.

martes, 27 de mayo de 2014

Año sacerdotal en Japón

Cuando vuelvo a España algunos me preguntan, cómo podemos sentirnos satisfechos como sacerdotes teniendo tan pocos cristianos en medio de la gran masa de japoneses. Incluso otros se imaginan que hacemos el vago, al tener tan poco trabajo, por el hecho de tener que atender a tan pocos bautizados.

Quizás se preguntan muchos qué hacemos hoy los misioneros en Japón, por eso se me ocurre hacer una breve presentación sobre la realidad de este País.

Japón, en números redondos, tiene 130 millones de habitantes y solamente medio millón escaso son católicos. Actualmente trabajamos aquí como 1550 sacerdotes. En proporción somos muchos sacerdotes para tan pocos fieles. Pero quiero que quede claro desde el principio que, aunque tratamos de atender lo mejor posible a esos pocos fieles, nuestra mirada está principalmente en esos miles o millones de personas que todavía no conocen a Dios-Padre.

Creo que será el país con menos bautizados por sacerdote, pero, si todos son hijos de Dios, creo que también los no bautizados tienen derecho a conocerlo, y por eso seguimos trabajando con ilusión para dar a conocer a los más posibles el Evangelio de Jesucristo. Por tanto se nos podrá acusar de que no acertamos a proclamar bien la Buena Nueva, pero no de vagos.
Para que se hagan una idea les hago una breve presentación de la estructura de la iglesia católica en esta nación, que por otra parte tiene más de tres mil islas.
Está dividida en 16 Diócesis, que se agrupan en tres archidiócesis. Al norte TOKYO con 5 diócesis sufragáneas: Sapporo, Sendai, Niigata, Saitama y Yokohama. Al sur NAGASAKI con cuatro sufragáneas: Fukuoka, Oita, Kagóshima y Naha (Okinawa). Respecto al año sacerdotal en esas Diócesis lo que he oido es que hay charlas acerca del sacerdocio y oración por los sacerdotes y por las vocaciones.
Y ahora entro propiamente en el tema contándoles lo que se está haciendo en mi archidiócesis de OSAKA, que tiene 4 Diócesis sufragáneas: Nagoya, Kyoto, Hiroshima y Takamatsu, que actualmente es mi Diócesis.
Se inició el Año Sacerdotal el 19 de Junio del 2009, con una misa solemne en la Catedral de Osaka, a la que estábamos invitados representantes de las otras cuatro Diócesis.
El año pasado se estuvo preparando una reunión de estudio para los sacerdotes a nivel archidiocesano, para estudiar las causas de las pocas vocaciones y buscar soluciones. Pero, porque en esas fechas estaba muy extendida la Gripe A, para evitar contagios, se suprimió la reunión. Se iba a realizar ese encuentro la semana anterior a la apertura del Año Sacerdotal. De donde yo concluyo que es muy oportuno y año de gracia para estas Diócesis.
Vueltas las aguas a su cauce ahora se está preparando un simposio con cinco sacerdotes, uno de cada Diócesis, como panelistas para el día de clausura, el 11 de junio de 2010. Nos hablarán de su andadura como sacerdotes. Habrá tiempo para compartir y oportunidad para exponer en particular lo concreto y personal, qué quieren que sea sobre la frase que cada uno eligió y puso en el recordatorio de la ordenación. Puede ser como un volver al principio e ir viendo cómo se ha vivido esa idea, que cada uno quiso que fuera como su ideal. Después habrá una conferencia sobre la identidad del sacerdote hoy. A continuación celebraremos la Eucaristía, para terminar con una comida de hermandad.
En Osaka han nombrado a dos sacerdotes para que reúnan y acompañen a los jóvenes que tengan vocación para cultivarla y procurar que esos jóvenes puedan influir en otros. Será, o es, un preseminario. También en la archidiócesis de Osaka está planeado una reunión de estudio para los sacerdotes para Junio del 2011 y el tema será sobre las vocaciones.
Y ahora hablo de lo que se está haciendo en mi pequeña Diócesis de Takamatsu. Hay parroquias o comunidades religiosas que rezan todos los días por los sacerdotes, o al menos todos los domingos.
El primer domingo de cada mes, en todas las misas dominicales, se lee antes de la bendición final un pasaje de un librito que se ha publicado recientemente acerca de los cuatro sacerdotes mártires que fueron beatificados en noviembre de 2008. Cómo, en medio de la persecución, después de pasar mil peripecias, llegaron a ordenarse sacerdotes en el extranjero, volvieron y entraron en Japón a escondidas y, sin pasar mucho tiempo, fueron descubiertos y martirizados, dando la vida por Cristo. Es un momento de reflexión tanto para los sacerdotes como para los fieles. Se termina con una oración por los colaboradores de los obispos.
Este año se ha celebrado con solemnidad especial la Misa Crismal. Estaba la catedral llena de gente de todas las edades. Acudimos a la cita casi todos los sacerdotes, que alrededor del altar renovamos ante nuestro Obispo actual los compromisos que hicimos cuando nos ordenamos.
Las señoras de esta parroquia-catedral hicieron doce estolas iguales que recibimos de manos del Obispo, como signo de unidad y comunión. Se celebraron los 50 años de sacerdocio de uno de los misioneros. Para terminar tuvimos un ágape para todos los asistentes.
En la reunión de primavera, este mes, tanto los jóvenes como los niños pensarán sobre la figura del sacerdote. Antes de reunirse hablarán con sus respectivos curas, preguntándoles por las razones por las que eligieron ese camino del sacerdocio.
En la Diócesis de Takamatsu, además de los actuales tres seminaristas: un japonés, un coreano y un vietnamita, desde este mes de abril vendrán a vivir con nosotros, en la residencia del Obispo, dos jóvenes japoneses y otros nos visitarán algunos fines de semana o en algún descanso, porque están en proceso del discernimiento de su vocación. Lo que el Sr. Obispo intenta es ayudarles en la elección de su vocación, e incluso, si decidieran ser sacerdotes, ayudarles a buscar la forma concreta. Se trata de un preseminario.

Desiderio Cambra