Con el lema "Empujados por el Espíritu": Aquí estoy, envíame" se celebra este domingo 7 de mayo la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y Jornada de Vocaciones nativas, una celebración para recordar a todos los creyentes la necesidad de orar por las vocaciones en la Iglesia.
Es tarea común de toda la Iglesia, obispos, sacerdotes, religiosos y
religiosas, delegados de la palabra, responsables eclesiales y por supuesto las
comunidades cristianas y cada uno de los creyentes en particular. Se nos pide
oración, respeto a las posibles vocaciones que se inician, cercanía y ayuda, e incluso
cooperación económica para la formación de aquellos/as que son llamados/as al sacerdocio o a la vida consagrada y por motivos económicos no pueden
costearse su formación. Un tercio de los
seminaristas del mundo dependen de las aportaciones a la Obra Pontificia de San
Pedro Apóstol.
El crecimiento de las
vocaciones nativas es bastante manifiesto. En algunos lugares considerados “de
misión” las vocaciones han aumentado sobremanera. Si nos centramos en los datos
de sacerdotes nativos en los territorios de misión, podemos decir que, desde
1989, casi han duplicado su número, pasando de 46.932 a 88.138. Esta evolución
contrasta llamativamente con las cifras del resto de la Iglesia universal en el
mismo periodo de tiempo, que han descendido levemente, de 354.547 a 327.654 sacerdotes.
Desde las OMP se nos comenta
que “Las vocaciones en territorios de misión tienen dificultades para responder
a la llamada, muchas de ellas, de tipo material. Por eso, la Iglesia universal
se encarga de cuidarlas a través de la Obra de San Pedro Apóstol. En 2016,
gracias a la solidaridad de toda la Iglesia, esta Obra Pontificia distribuyó
20.413.323,50 euros que sirvieron para intentar que no se perdiera ni una sola
de estas preciosas vocaciones.
Para preparar esta jornada
se han organizado diversas actividades. El director de las OMP, D. Anastasio
Gil había invitado a venir a la preparación de este Jornada al primer sacerdote
de Mongolia, P. Enkh Joseph, que no pudo asistir por problemas de visa. Sí ha
podido estar aquí la religiosa de la Consolata, Esperanza Becerra Medina, que
trabaja también en la misión de Mongolia. La misionera habló de su experiencia
en este enorme país y presentó un vídeo, en el que el sacerdote ha hecho
presente su testimonio. Distintas mesas redondas han tenido lugar como las
mantenidas el día 3 y 4 con diversas personas vocacionadas y entre las que se
contaba la hermana Esperanza llegada de Mongolia, que se encuentra acogida en
nuestra casa de Ferrer.
Esta jornada es jornada
compartida con la de oración por las vocaciones que preparan tres organismos
eclesiales: la Comisión Episcopal de Seminarios y Universidades, encargada de
ayudar a las diócesis en la pastoral vocacional; el Área de Pastoral Juvenil
Vocacional de CONFER, que colabora con las instituciones religiosas en su deseo
de suscitar y acompañar las vocaciones a la vida consagrada; y las Obras
Misionales Pontificias, que se ocupan de cooperar con las Iglesias locales de
los territorios de misión en el sostenimiento de sus vocaciones a la vida
sacerdotal y religiosa. La Jornada de Oración por las vocaciones y vocaciones
nativas coincide con el domingo del Buen Pastor. Oremos.
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