martes, 28 de noviembre de 2017

Animador-catequista


Como seglares itinerantes de dedicación plena a la iglesia local, suscitan en las comunidades diferentes servicios, alientan y forman a quienes los ejercen, median en los conflictos, ayudan a solucionar dificultades internas de la comunidad, participan activamente en el trabajo social y en la pastoral de la zona.


El animador-catequista es hoy un evangelizador de una iglesia local que va siendo comunidad de comunidades, familia de familias. Con su servicio de consejo y apoyo contribuye decisivamente a que la comunidad cristiana se consolide. A través de él, la pequeña comunidad se asoma a la iglesia zonal y universal.


Este pastor cercano e itinerante, hermano entre los hermanos, que con su fe engendra fe, necesita un cuidado especial: no sólo una remuneración digna, sino ante todo atención espiritual y familiar acompañada de una sólida formación permanente. (de la reflexión de la Jornada de Catequistas de 1982)

0 comentarios:

Publicar un comentario