¿Quién eres, Juan, que no sientes miedo
de los poderosos y sus amenazas?
¿Quién eres, Juan, que no te importa que tu cabeza penda
de sus caprichos, los lujos y prestigios humanos?
¿Quién eres Juan que te levantas firme en el cañaveral
con una esperanza no mermada por lóbregas mazmorras?
¿Quién eres Juan que tienes el coraje y la fuerza
de la palabra, de su coherencia y de su futuro?
¿Quién eres, que resuena tu voz en estepas y baldíos del mundo
y convoca en los senderos de la vida, los sueños de los débiles y frágiles,
derribando fronteras y allanando los caminos del reinado del Mesías.
En el 3º domingo de Adviento,
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