Este domingo 11 de diciembre del 2016 tuvo lugar en la catedral del Sagrado Corazón de Jesús de Vientian, capital de la República democrática popular de Laos, la beatificación de 17 nuevos beatos. . El papa Francisco mencionó el acontecimiento en el tradicional Angelus de los domingos. Entre los beatificados hay un misionero, un catequista (líder de la comunidad cristiana) y varios fieles mártires.
El
papa expresaba así el acontecimiento. “Hoy, en Vientián, en Laos, han sido
proclamados beatos Mario Borzaga, sacerdote de los Misioneros Oblatos de María
Inmaculada, y Paolo Thoj Xyooj, fiel laico catequista y quince compañeros,
asesinados por odio a la fe. Que su fidelidad heroica a Cristo pueda ser
estímulo y ejemplo para los misioneros y especialmente para los catequistas que
en las tierras de misión desarrollan una preciosa e insustituible obra apostólica,
que toda la Iglesia les agradece. Pensemos en nuestros catequistas: ¡cuánto
trabajo hacen, un buen trabajo! Ser catequista es una cosa bellísima: es llevar
el mensaje del Señor para que crezca en nosotros. ¡Un aplauso a los
catequistas!”.
La
beatificación de estos mártires ha sido toda una alegría para la pequeña
comunidad católica de Laos, que apenas cuenta con 45.000 fieles. Estos 17
beatificados son los primeros beatos laosianos. El cardenal filipino Orlando
Quevedo, arzobispo de Cotabato y enviado especial del Papa, ha presidido la
ceremonia de beatificación en Vientián, la capital de Laos. Los mártires fueron
asesinados entre 1954 y 1970 durante la guerra civil que asoló este país, muy
ligada a la guerra de Vietnam. Fueron asesinados por los comunistas del Pathet
Lao.
“Nosotros
los misioneros estamos hechos así… para partir”, decía el ya beato Mario
Borzaga, el misionero italiano mencionado por el Papa. Mario, Oblato de María
Inmaculada, fue asesinado en 1960 a los 27 años tras solo tres años de servicio
misionero en el país. Junto a él murió Paolo Thoj Xyooj, catequista de la etnia
hmong. Sus cuerpos jamás fueron
encontrados. De los otros quinces nuevos beatos, diez fueron misioneros
franceses – cinco Oblatos de María Inmaculada y cinco miembros de las Misiones
Extranjeras de París, organización que fue la primera en enviar misioneros a
este país del sudeste asiático.
La celebración estuvo muy bien arropada por la Iglesia de Asia, especialmente por los católicos del noreste de Tailandia, con quienes hay vínculos muy fraternos.
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