Este domingo 25 de Enero celebramos la Jornada de Infancia misionera. Muchas parroquias y comunidades se llenarán de entusiasmo misionero desde esta Jornada dedicada a los niños y niñas.
La
principal finalidad de
la Obra
Pontificia de Infancia Misionera es colaborar con
los educadores para ayudar a que los niños vayan descubriendo la
universalidad de la fe y, en consecuencia, su dimensión misionera. Iniciar a los chavales en este proyecto implica
desarrollar armónicamente el conocimiento del mensaje de Jesús, la
participación en la oración y en la celebración de los sacramentos, el deseo de
vivir según el Evangelio y el compromiso de hacer partícipes a otros del amor
de Dios Padre.
La principal
enseñanza de Jesús es
desvelarnos que todos somos hijos de Dios y
que no hay lugar para la acepción de personas. A Él le debemos el don de la
vida, y todos estamos llamados a la felicidad eterna.
Con
el lema “Yo soy uno de ellos”, se pretende inculcar
a los niños que no hay distinción entre unos y otros, y que, por tanto, no puede haber discriminación
entre ellos en el mundo. Quienes por
la fe y el bautismo se han incorporado a la Iglesia tienen el deber de decírselo
a quien aún no lo sabe. El que así lo hace se convierte en un “pequeño
misionero”.
Cartel Infancia Misionera 2015
Un
grupo de niños están construyendo un corazón.
Sus rostros desvelan, por una parte, que proceden de distintos continentes; por
otra, expresan alegría en la tarea. Cada uno hace una cosa distinta y todos se
ayudan. Creando este corazón están felices.
El
corazón es la expresión del amor que
ha de reinar en la humanidad. También los niños, los de aquí y los de allá, han
de ser protagonistas de este trabajo conjunto. Todos estamos llamados a arrimar
el hombro para construir una humanidad donde haya un solo corazón.
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