martes, 6 de enero de 2015

DÍA 6 DE ENERO SOLEMNIDAD DE EPIFANÍA DEL SEÑOR

Celebramos hoy la Solemnidad de la Epifanía del Señor. Epifanía es una una fiesta MISIONERA por naturaleza. No es el DOMUND que acontece  en el tercer domingo de octubre, no. Hoy celebramos que Dios se manifiesta, se ofrece, se reparte como lo hace la luz y la alegría, como regalo a todos los pueblos y naciones, en todas las lenguas y culturas. 

Lema Campaña

Es un Dios en salida para que le conozcan, para que le amen toda la humanidad. Celebramos a un Dios que sale al encuentro y llama a toda la humanidad  a participar de esta experiencia maravillosa de su Luz y de su Amor, de su Salvación. En el niño,  Dios regala al hombre su futuro, Y esto nos produce una inmensa alegría y esperanza.

Estrella e Iglesia


Es una fiesta que nos produce un inmenso deshago al ver tanta tiniebla que nos cerca, tanto poder de las tinieblas que parecen consumir el regalo de la LUZ y la ALEGRÍA. El profeta Isaías anunciaba ya esta luz a Jerusalén y Pablo se dejó iluminar y se hizo testigo de la luz y los Magos fueron capaces de divisar los signos que aportaba la luz lejana de una estrella,  y a tantos otros como Simeón, les sugería que ya no necesitaban ver más, pues comentaba, “ya puedes dejar a tu siervo irse en paz porque mis ojos han visto a tu salvador, luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel” .
Fiesta de la parroquia

Epifanía es una fiesta misionera y por eso es necesario ir extendiendo esta Luz, encendiendo pequeñas luces de vida, de sueños, de esperanzas, prendiendo una luz total que es el Evangelio. No salir a llevar esta luz es dejar que las tinieblas y oscuridad nos cerquen y consuman. Una oscuridad y una ceguera que también es contagiosa y que está causada por el modelo de civilización que vamos montando y que va excluyendo a personas. Nuevos Herodes que lo requieren todo para sí, que agreden y cercenan  todo proyecto de Dios, esperanza de los pobres. Dios “nos llama constantemente de  las tinieblas a su luz admirable”, por eso los Magos han de volver por otro camino, para no verse engullidos en la tiniebla y nosotros, cristianos de este siglo XXI habremos de actuar de igual manera y como nuevos sanfranciscos donde haya oscuridad poner luz, donde haya tiniebla, claridad, o como canta la canción de Alma misionera:
  • Llévame donde los hombres, necesiten tus palabras, necesiten mis ganas de vivir, donde falte la esperanza, donde falte la alegría,simplemente por no saber de ti.
Estrella artesana


            La celebración de Epifanía nos concreta también otra historia de luz y alegría. Otra historia de Magos que ofrecen a Jesús niño, dones tan importantes y vitales de sus culturas, sus lenguas, las realidades en que viven para que crezca una fe y una Iglesia viva. Nos invita a pensar en los misioneros del IEME y en los catequistas nativos. Los catequistas nativos o también llamados delegados de la palabra, responsables de comunidades que son de vital importancia para las iglesias jóvenes en misión. La Iglesia les debe mucho y sin ellos no tendría ni el vigor, ni la alegría, ni el dinamismo con que aparece en tantos lugares. Nosotros tenemos la obligación  de apoyarlos. Y hoy los recordamos.

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