miércoles, 16 de noviembre de 2016

UN COMPROMISO PARA TODA LA VIDA CON LA MISIÓN: JORGE LÓPEZ, MISIONERO

El día 23 de octubre, además del DOMUND, en la Parroquia de San Fernando de Burgos, Jorge misionero en Zambia se compromete para toda su vida con el Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME).  Jorge ha elegido el día más misionero en todo el mundo, para entregar su vida al compromiso de la misión.
Ha sido una celebración muy emotiva y participativa, rodeada de familiares, amigos y de su querida comunidad parroquial. Un gesto muy bonito ha sido el de su madre, una madre generosa que deja partir a su hijo a anunciar el Evangelio.  "Sal de tu Tierra".

 Os invitamos leer el testimonio de Jorge, misionero en Zambia que ha publicado la revista Sembrar «Ser misionero es amar y compartir el sufrimiento con los demás»
La diócesis de Burgos es una de las que más misioneros aporta. Uno de ellos es Jorge López Martínez, quien desde muy joven sintió la llamada a esta vocación y desarrolla su trabajo en Zambia desde hace 5 años. Hoy te traemos su testimonio.

Jorge López Martínez nació en Burgos en 1971 y su vida en Burgos transcurrió en las parroquias de San Fernando y Santa Águeda en las que fue catequista. También colaboró en las actividades parroquiales de Briviesca. En 1997 fue ordenado sacerdote siendo arzobispo de Burgos don Santiago Martínez Acebes. Su primer destino fue la parroquia del Espíritu Santo y luego el Valle de Losa donde atendía a 40 pueblos junto con otro sacerdote. Tras prepararse para misiones durante un año en Madrid y vivir 10 meses en Irlanda aprendiendo inglés, en septiembre de 2012 fue enviado a Zambia, en el sur de África donde hoy continúa desarrollando su labor misionera en Mufumbwe, en la parroquia de Holy Trinity.


Jorge siempre sintió interés por la vocación misionera, era algo que ya le llamaba la atención desde que estudiaba en el Seminario Menor. Una inquietud que fue creciendo tras ordenarse sacerdote, y que tuvo su primera oportunidad de vivirla en 2012, cuando vivió dos meses en Bolivia para colaborar en El Alto con Juan Carlos, un sacerdote burgalés que desarrolla un interesante proyecto. A pesar de este impulso, nunca pensó que su destino sería África, concretamente a Zambia. 

Gente generosa

Allí lleva ya cinco año, y es un país que le impresiona: «existe un contraste entre la capital, Lusaka, repleta de comercios y de tráfico;  y los poblados rurales en los que yo vivo, donde las casas son de adobe y paja y la gente vive una vida muy sencilla. Son agricultores y dependen de la cosecha, su vestimenta es muy humilde y su alimento principal es el nshima, una especie de harina de maíz. Cuando llega la temporada de lluvias, en los primeros meses del año, hay familias que apenas tienen qué comer, porque no pueden cultivar nada y dependen de las reservas, pero es gente muy generosa, y lo poco que tienen lo reparten con quien lo necesita».


 El día a día de Jorge transcurre como sacerdote de la parroquia y es bastante intensa, porque está solo. Su principal labor es visitar, acompañar y formar a los catequistas o animadores, porque ellos son quienes mantienen viva la actividad en las 16 capillas repartidas por toda la zona de influencia de la parroquia que alcanza los 102 kilómetros. «Me levanto a las seis de la mañana, rezo, leo el evangelio, luego voy al mercado para entablar contacto con la gente, con los niños que van a la escuela, y ayudo en los trabajos de construcción de una nueva iglesia que estamos haciendo, también dedico bastante tiempo a preparar las homilías en las lenguas nativas. Y por las tardes siempre hay actividad en la parroquia, con reuniones de grupos y cultos».

Aunque ya se desenvuelve bien y está siendo una experiencia positiva, Jorge reconoce que los comienzos fueron duros: «No entendía su idioma y me era difícil comunicarme, no entendía lo que me decían». Fue un primer año difícil, «pero luego cuando comienzas a entender, el ánimo y las ganas por hacer cosas se multiplica. Para mi ha existido un proceso de purificación que supone la renuncia a muchas cosas que tienes que dejar para darlo todo por las personas que están más cerca».

Una Iglesia joven

Jorge cuenta que la Iglesia lleva solo 35 años en Zambia y su labor ha sido inmensa, «ha traducido a las diferentes lenguas los Evangelios y contribuye a la cultura y formación de niños y adultos mediante la creación de escuelas y universidades. Ahora la labor se complementa también en el ámbito sanitario y asistencial». Además, también destaca las buenas relaciones entre la Iglesia Católica y la Protestante, «que llegó primero a estas tierras y está muy arraigada». El ambiente es bueno, «e incluso hacemos varias celebraciones conjuntas al año los católicos y protestantes».

Con motivo del día del Domund que celebramos hoy, Jorge quiere transmitir un mensaje a los misioneros burgaleses: «Lo primero que se sientan alegres porque Burgos aporta muchos misioneros en las distintas partes del mundo. Hoy ser misionero debemos vivirlo en clave de misericordia, el misionero sale para amar y acompañar, no para adoctrinar, sino para compartir el sufrimiento con los demás. Debemos ayudar al despertar de las vocaciones misioneras, una tarea de sacerdotes y laicos, para que, como nos pide el papa, la Iglesia y los cristianos perdamos el miedo y los complejos para llevar el mensaje de Jesús a todas las personas».



                                          Publicado domingo, octubre 23, 2016 Por Misiones Diócesis de Burgos

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