Cartel y
lema de la Campaña
Hay tres palabras en el título que son de extrema importancia. Seguramente las habremos captado al instante.
Sirviendo. Es
un presente continuo o gerundio. Supone una acción continuada. El servicio ya
entraña una disposición especial. Es una actitud de diaconía que requiere
empatía y simpatía con la empresa que se lleva a cabo. Servir es disponibilidad
y es sensibilidad. La acción que se lleva a cabo tiene precio y por eso mismo
vale la pena ponerse en actitud reverente para llevarla a cabo. Es una acción
gratuita y cargada de ternura y misericordia.
Familia. ¡Qué palabra tan preciosa! ¡Concentra tanto significado en cada uno de nosotros, tanto amor, tanto corazón y cariño! Por ella, por la familia somos capaces de todo. Preciosa la exhortación que nos ha enviado el Papa Francisco sobre la familia, La alegría del amor. La titula así como si al decir familia, se nos abriera el corazón de par en par recordando cuánta dicha y felicidad hemos vivido, recordando cuánto somos por la familia. Nuestra existencia se ha realizado gracias a ella. Somos por nuestra familia.
“Toda la vida de la familia-nos
dice el Papa en la Exhortación- es un ´pastoreo´ misericordioso. Cada uno, con
cuidado pinta y escribe en la vida del otro ´vosotros sois nuestra carta
escrita en nuestros corazones…no con tinta sino con el Espíritu de Dios vivo (2
Cor 3,2-3) Cada uno es un pescador de hombres (Lc 5,10) que en el nombre de
Jesús echa las redes (cfr Lc5,5) en los demás..” (AL 322)
Es por lo que representa la
familia por lo que el II Sínodo de África (África Munus) adoptó la idea
Iglesia-Familia de Dios como su principio guía para la Evangelización de África.
Es por eso que los Catequistas y líderes de las comunidades sienten la familia
como una motivación para sus vidas y para la vida de sus comunidades. Es desde
esta experiencia de familia como entienden el sentido de su responsabilidad y
las relaciones recíprocas que tienen que ir creando.
Misión.
Porque la Misión no es nuestra sino del Espíritu de Dios. Por él participamos
en la Misión de amor que está en el centro del Dios trino. Esto da lugar a un
testimonio que promueve sin cesar los valores del reinado de Dios en un
dinamismo de vida y amor, justicia y paz, esperanza y misericordia. Los
catequistas se sienten implicados con sus familias en este dinamismo, generando
para la Iglesia comunidades vivas y samaritanas. Es por ello que viven Sirviendo en familia a la Misión.
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