miércoles, 8 de abril de 2015

¿QUE BUENO CAMINAR CONTIGO!

ES LA JORNADA DEDICADA A LA ORACIÓN Y LA COOPERACIÓN ECONÓMICA CON LOS JÓVENES QUE SON LLAMADOS A LA VOCACIÓN SACERDOTAL O RELIGIOSA EN LOS TERRITORIOS DE MISIÓN.

  
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Estas vocaciones que surgen en los Territorios de Misión son la muestra de que el Evangelio ha arraigado plenamente en una cultura y tiene sus frutos propios.

José Luis Ruiz
Muy a menudo las vocaciones que surgen en los Territorios de Misión tienen serias dificultades para seguir adelante en su formación por problemas económicos. Es frecuente que un joven africano no pueda costearse los estudios del seminario; puede ocurrir que un convento en Asia a duras penas pueda mantener a las novicias que entran. San Juan Pablo II, consciente de la importancia de estas vocaciones, animaba a la Iglesia a ayudarles: “Pido al Señor que nadie llamado al sacerdocio o a la vida religiosa en tierras de misión quede excluido por falta de recursos materiales o económicos”. Es una nueva oportunidad para vivir la  caridad cristiana. El próximo 26 de abril, día del Buen Pastor, la Iglesia celebra dos Jornadas con referencia explícita a la vocación: la 52 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y la Jornada de Vocaciones Nativas. Ambas celebraciones comparten el mismo lema. ¡Qué bueno caminar contigo! Con este lema, se pone de manifiesto la alegría de ponerse en camino al encuentro con Dios y con los demás, a través de la vocación.

Quien ha sido llamado a la vida consagrada o al sacerdocio es consciente de que Él camina al lado, y de que esta llamada implica compartir la vida con los demás, al estilo de Jesús, para mostrarles el rostro de Dios. Vocación es vivir la disponibilidad para “salir” e ir donde la Iglesia envía. Esta es la mejor expresión de una Iglesia en “salida” de la que habla frecuentemente el Papa Francisco.


Objetivos de la Jornada de Vocaciones Nativas:



Sacerdotes, seminaristas y monaguillos y pueblo Xtno. en Tailandia




Orar al dueño de la mies para que siga enviando muchos obreros a su Iglesia, y para darle gracias por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada que actualmente se forman en seminarios y noviciados en todo el mundo.
Suscitar en los jóvenes disposiciones adecuadas para escuchar la llamada de Dios y disponibilidad para cumplir su voluntad.

Promover entre los fieles una eficaz colaboración con la Obra Pontificia san Pedro Apóstol, que atiende las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada en los Territorios de misión.
Obtener fondos y ayudas económicas para el sostenimiento y la formación de estas vocaciones, a través de la financiación de “Becas de estudio”.

Fortalecer la comunión entre las Instituciones de la Iglesia que asumen el compromiso de atender la pastoral vocacional (a la vida consagrada y al sacerdocio) en las Iglesias jóvenes y en formación.

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