ES LA JORNADA DEDICADA A LA ORACIÓN Y LA COOPERACIÓN ECONÓMICA CON LOS JÓVENES QUE SON LLAMADOS A LA VOCACIÓN SACERDOTAL O RELIGIOSA EN LOS TERRITORIOS DE MISIÓN.
Estas vocaciones que surgen en
los Territorios de Misión son la muestra de que el Evangelio ha arraigado
plenamente en una cultura y tiene sus frutos propios.
Muy a menudo las vocaciones que
surgen en los Territorios de Misión tienen serias dificultades para seguir
adelante en su formación por problemas económicos. Es frecuente que un joven
africano no pueda costearse los estudios del seminario; puede ocurrir que un
convento en Asia a duras penas pueda mantener a las novicias que entran. San
Juan Pablo II, consciente de la importancia de estas vocaciones, animaba a la
Iglesia a ayudarles: “Pido al Señor que nadie llamado al sacerdocio o a la vida
religiosa en tierras de misión quede excluido por falta de recursos materiales
o económicos”. Es una nueva oportunidad para vivir la caridad cristiana. El próximo 26 de abril,
día del Buen Pastor, la Iglesia celebra dos Jornadas con referencia explícita a
la vocación: la 52 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y la Jornada
de Vocaciones Nativas. Ambas celebraciones comparten el mismo lema. ¡Qué bueno
caminar contigo! Con este lema, se pone de manifiesto la alegría de ponerse en
camino al encuentro con Dios y con los demás, a través de la vocación.
Quien ha sido llamado a la vida
consagrada o al sacerdocio es consciente de que Él camina al lado, y de que
esta llamada implica compartir la vida con los demás, al estilo de Jesús, para
mostrarles el rostro de Dios. Vocación es vivir la disponibilidad para “salir”
e ir donde la Iglesia envía. Esta es la mejor expresión de una Iglesia en
“salida” de la que habla frecuentemente el Papa Francisco.
Objetivos de la Jornada de
Vocaciones Nativas:
Orar al dueño de la mies para que
siga enviando muchos obreros a su Iglesia, y para darle gracias por las
vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada que actualmente se forman en
seminarios y noviciados en todo el mundo.
Suscitar en los jóvenes
disposiciones adecuadas para escuchar la llamada de Dios y disponibilidad para
cumplir su voluntad.
Promover entre los fieles una
eficaz colaboración con la Obra Pontificia san Pedro Apóstol, que atiende las
vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada en los Territorios de misión.
Obtener fondos y ayudas
económicas para el sostenimiento y la formación de estas vocaciones, a través
de la financiación de “Becas de estudio”.
Fortalecer la comunión entre las
Instituciones de la Iglesia que asumen el compromiso de atender la pastoral
vocacional (a la vida consagrada y al sacerdocio) en las Iglesias jóvenes y en
formación.
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