"Algo nuevo está brotando ¿no lo notáis? Es una sensación que uno siente al vivir esta semana los Ejercicios cuaresmales y que se ve en sintonía con estas palabras de Isaías (43, 19)
Brotes de almendros |
“La Cuaresma es un tiempo propicio para dejarnos servir por Cristo y así llegar a ser como Él. Esto sucede cuando escuchamos la Palabra de Dios y cuando recibimos los sacramentos, en particular la Eucaristía.
En ella nos convertimos en lo que recibimos: el cuerpo de Cristo. En él no hay lugar para la indiferencia, que tan a menudo parece tener tanto poder en nuestros corazones. Quien es de Cristo pertenece a un solo cuerpo y en Él no se es indiferente hacia los demás. «Si un miembro sufre, todos sufren con él; y si un miembro es honrado, todos se alegran con él» (1 Co 12,26).”
Sierra de Guadarrama desde la azotea de Pirineos |
Estas palabras del Mensaje del Papa
Francisco para la Cuaresma 2015 nos han convocado a los Servicios comunes del
IEME a iniciar nuestro camino personal hacia la
Pascua. Hemos querido acogerlas en nuestro corazón y para ello ha sido preciso
retirarse del trajín diario, de los
asuntos de cada día. Dejar tiempo para vivir el encuentro con Cristo,
dejarnos servir por él y hacernos algo más semejante a él en el servicio a
nuestros hermanos.
Sendas en el parque |
Hemos pasado una semana de Ejercicios desde
el lunes 16 hasta hoy 21 de febrero que terminábamos en la mañana con la
Eucaristía. Los Ejercicios los hemos
tenido dentro de Madrid, en la calle Pirineos, con el parque de la Dehesa de la
Villa frente a casa que nos ha permitido ensanchar piernas y acompañar la
meditación con paseos y naturaleza.
Meditación |
Los Ejercicios han de ser pautas, guías, hojas de ruta para encontrarnos con lo que hemos venido buscando. No nos solucionan nuestros problemas humanos, nuestra humanidad erosionada, pero nos ayudan a serenar el corazón y la mente y desde ese sosiego "sampat chiwit" sentir la vida y sus opciones con más claridad, encontrarnos con Cristo y desde él ver el todo de la vida.
Señales de la GR en el parque |
Los Ejercicios han estado acompañados
por Eduardo García, sacerdote de la diócesis de Segorbe-Castellón y sacerdote
del Prado. Con experiencias sencillas de la realidad pastoral y cotidiana nos
ha llevado por un itinerario centrado en Cristo. Como si se tratara de una
doxología, por Cristo con él y en él, en el Padre y por la unidad del Espíritu
nos hemos ido encontrando con el misterio del Dios hecho hombre. Ambientado en
la oración teresiana y clausurado por la maternidad de María nos ha abierto la
puerta para una Cuaresma que ha de dar sus frutos.
El romero aromatiza el parque |
Unos frutos que como afirma el Papa
puedan “ superar la indiferencia y nuestras
pretensiones de omnipotencia”, que este
tiempo de Cuaresma se viva como un camino de formación del corazón, como dijo Benedicto XVI (Ct.
enc. Deus caritas est, 31).
Tener
un corazón misericordioso no significa tener un corazón débil. Quien desea ser
misericordioso necesita un corazón fuerte, firme, cerrado al tentador, pero
abierto a Dios. Un corazón que se deje impregnar por el Espíritu y guiar por
los caminos del amor que nos llevan a los hermanos y hermanas. En definitiva,
un corazón pobre, que conoce sus propias pobrezas y lo da todo por el otro.
Primeras flores en la Dehesa |
Por
esto, queridos hermanos y hermanas, deseo orar con ustedes a Cristo en esta
Cuaresma: "Fac cor nostrum secundum Cor tuum": "Haz nuestro
corazón semejante al tuyo" (Súplica de las Letanías al Sagrado Corazón de
Jesús). De ese modo tendremos un corazón fuerte y misericordioso, vigilante y
generoso, que no se deje encerrar en sí mismo y no caiga en el vértigo de la
globalización de la indiferencia”.
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