El misionero Juanjo Alarcia desde Hwange, Zimbabue
Hwange, 20 de octubre de 2014.
Queridos amigos
Hace poco más de un mes el Obispo me encargo que me encargara (de manera provisional hasta que pueda destinar a otro definitivamente) de dos parroquias, Nuestra Señora de la Paz y S. Kizito, en Victoria Falls. El sacerdote local, P. John Mudereri, que las llevaba ha sido destinado a Inglaterra como capellán de los zimbabuenses emigrados allá.
Así que el jueves por la tarde me voy a Victoria Falls (105 Kms.) y el domingo por la tarde de nuevo a Hwange. De la atención dominical a la parroquia de S. Jorge se cuida el Obispo mismo y cuando él no está, uno de los curas en la ciudad de Hwange celebra allá la Misa. Y cuando ese tampoco puede es una religiosa Hija del Calvario quien se encarga de hacer un servicio litúrgico y dar la comunión.
En Victoria Falls la actividad pastoral en muy abundante. Dentro de la premura de tiempo, disfruto de esta actividad más entre la gente. Una de las parroquias está en la zona "pudiente" de la ciudad, las Misas se celebran en ingles y con frecuencia vienen turistas de todos los rincones del planeta. La otra está en un barrio más pobre y la liturgia es en vernácula (ndebele, nambia o shona, alternando) También a esta parroquia llegan a veces turistas que quieren tomar parte en una Misa mas “africana”. El domingo anterior tuvimos un grupo de una docena de polacos.
Estos meses está residiendo permanentemente en la casa parroquial un diácono (hasta que se ordene de cura) que atiende a los grupos de asociaciones, catecúmenos, etc. En mi ausencia. Alrededor de la casa parroquial merodean los animales, nuestros vecinos; babuinos que a veces suben a los tejados y nos dan la lata mientras se celebra la Misa, elefantes que tienen su paso nocturnos por aquí, facoceros que ponen nerviosos a los perros... Esto añade un poco de “poesía” que completa el rumor de las cataratas que se escucha en la noche, cuando no lo ahoga el ruido de los helicópteros y avionetas que pasean a los turistas sobre las cataratas. En esta época del año están muy bajas hasta que lleguen las nuevas lluvias en un par de meses.
Ya veis que a pesar de mis 71 años estoy en plena actividad y disfrutando de este ministerio. Y la salud me va respondiendo. Es verdad que algunos días termino cansado, especialmente los domingos, que además de las dos misas (de un par de horas cada una) casi todos los domingos tenemos en la tarde reunión de alguno de los consejos parroquiales de una u otra parroquia (otro par de horas) y a eso de las 5 de la tarde emprendo el viaje hacia Hwange para llegar antes de que anochezca.
Con esta pequeña crónica quiero haceros llegar un abrazo.
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