Esta vez fue Mariano Frías, sacerdote de 82 años, que fue párroco de El Henar durante muchos años, a la vez que capellán de la plaza de toros de Las Ventas.
Y fue así que nos convocó a “su querencia”, a su Cantalejo
del alma, en Segovia, para su funeral. Allí estábamos muchos de sus amigos:
sacerdotes, familiares, paisanos, feligreses de sus ya ex parroquias… ayer,
sábado 2 de junio. Y allí escuchábamos comentar: “Mariano siempre era cercano,
siempre amigo, tanto de las grandes familias del toreo –como la de César
Rincón, de Colombia, pues allá se había ido también de misionero- como del
último de sus paisanos cantalejanos”.
Sí, se nos fue un gran amigo; lo despedimos una hermosa
mañana en esta lluviosa primavera de Castilla, con campos floridos como nunca.
Sin duda un canto natural a la amistad. Descansa en paz, Mariano Frías.
JOSÉ
Mª ROJO G.
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