sábado, 23 de junio de 2018

CAMINO DE SANTIAGO

Han sido pocos, ciertamente, los días de camino. Podríamos haber empezado en Roncesvalles, o menos ambiciosos en Burgos o León. Sin embargo comenzamos en Sarria cumpliendo generosamente algo más de los 100 últimos kilómetros del camino exigidos para obtener "la compostelana".

Hemos querido hacerlo como lo que ha de ser, una auténtica experiencia espiritual, renovadora, purificadora. Hemos tenido que caminar lentos, yo diría que bastante lentos, pero que ha posibilitado que alguien más débil no se resintiera de pies, de músculos, del cuerpo en general.


Cada cual con su historia personal, familiar, con su enfermedad, con su juventud o madurez, con debilidad o fortaleza. Cada cual a su ritmo y fuerza, pero sorprendidos y jubilosos de haber superado los pesimismos y encontrarnos al final en el mismo objetivo, Santiago. Agotamiento, ampollas, tendinitis no han podido con el deseo de ver el Campus Stellae de Santiago.


 Ha sido muy bonito apreciar la variedad de lenguas, pueblos, de personas que nos hemos encontrado haciendo el camino. Algo también muy bonito ha sido la acogida que se nos hacía en las parroquias, algunas de ellas muy misioneras con la acogida, la bendición a los peregrinos, la despedida en diversas lenguas, culturas. Un trabajo de acogida muy sincero y efectivo que desde aquí agradezco a todos los sacerdotes y comunidades del Camino de Santiago que nos han acogido.

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