Venerable hermano
El día 29 del mes de junio, exactamente el día de la solemnidad de los
Apóstoles Pedro y Pablo, debidamente Usted venerado hermano, celebrará el 50 aniversario
de su ordenación sacerdotal, un día memorable en la que fue ordenado sacerdote
para siempre. De hecho, las cinco décadas de recuerdos de un día muy venerable
no pueden ser pasadas por alto o pasar en silencio; deben más bien ser
verdaderamente celebradas como los momentos más importantes ya vividos. De
hecho, venerado hermano, estos momentos son las virtudes con las que se ha
ocupado de su rebaño: la fe con la cual usted lo ha conducido a través de la
prosperidad y la adversidad: la esperanza con la que ha ayudado y sostenido el
rebaño: la caridad con la cual, haciendo todo a todos, se ha puesto al servicio
de sus necesidades, en recuerdo de las palabras de Cristo y de los Santos
Apóstoles (cf. Mc 12: 28ff; 13:34 ; 1 Cor 13). Por lo tanto, con placer, le
enviamos esta carta, con el fin de expresarle los sentimientos de alegría
fraterna y alabanza sincera, no sólo en relación con un evento tan memorable de
su vida, sino también en relación con todo su trabajo pastoral, llevado a cabo
con diligencia y con fruto durante estos cincuenta años.
Son, sin duda,
estas virtudes las que han fortificado, a que quien se convirtió en 1965 en un
sacerdote del Instituto Español de San Francisco Javier para las Misiones
Extranjeras, para asumir con valentía el trabajo urgente de la evangelización y
poder dedicarse con celo a la proclamación del Evangelio. Sin duda, estas
cualidades se manifiestan en los caminos admirables seguidos en la
administración de la grey de Gokwe, para el que fue promovido a la orden del
episcopado por nuestro predecesor san Juan Pablo II en el año 1999. Sabemos de
hecho, que has traído a la madurez esta tarea honorable y fructuosa, ya sea a
través de la evangelización o a través de la promoción de las vocaciones o por
medio de la formación, no sólo del clero, los religiosos y religiosas, sino
también de los jóvenes y de todos los fieles cristianos de cualquier estado de
vida y orden social. Ciertamente usted hizo manifiesto a su rebaño el buen olor
de Cristo a través de la obra de la evangelización, que ha hecho con un gran
mérito para el crecimiento de la Iglesia. .
Por todas estas maravillas, venerado hermano, profundamente le felicito por la celebración de sus 50 años de sacerdocio: y tomo esta oportunidad para darle las gracias por todo lo que has hecho: para ustedes y nosotros pedimos a Dios todo bien; a la vez que imparto de corazón la Bendición Apostólica a usted, a los sacerdotes y todos sus seres queridos. Por último, sinceramente pido la ayuda de sus oraciones en el ejercicio de nuestro Oficio Petrino, de usted y de todos, para que el fruto de la obra salvífica de Jesucristo crezca en el alma de muchos hombres.
Desde las oficinas del Vaticano, en el día 22 del mes de mayo del año 2015, el tercer año de nuestro pontificado. .
Francisco
0 comentarios:
Publicar un comentario