martes, 27 de mayo de 2014

Año sacerdotal en Japón

Cuando vuelvo a España algunos me preguntan, cómo podemos sentirnos satisfechos como sacerdotes teniendo tan pocos cristianos en medio de la gran masa de japoneses. Incluso otros se imaginan que hacemos el vago, al tener tan poco trabajo, por el hecho de tener que atender a tan pocos bautizados.

Quizás se preguntan muchos qué hacemos hoy los misioneros en Japón, por eso se me ocurre hacer una breve presentación sobre la realidad de este País.

Japón, en números redondos, tiene 130 millones de habitantes y solamente medio millón escaso son católicos. Actualmente trabajamos aquí como 1550 sacerdotes. En proporción somos muchos sacerdotes para tan pocos fieles. Pero quiero que quede claro desde el principio que, aunque tratamos de atender lo mejor posible a esos pocos fieles, nuestra mirada está principalmente en esos miles o millones de personas que todavía no conocen a Dios-Padre.

Creo que será el país con menos bautizados por sacerdote, pero, si todos son hijos de Dios, creo que también los no bautizados tienen derecho a conocerlo, y por eso seguimos trabajando con ilusión para dar a conocer a los más posibles el Evangelio de Jesucristo. Por tanto se nos podrá acusar de que no acertamos a proclamar bien la Buena Nueva, pero no de vagos.
Para que se hagan una idea les hago una breve presentación de la estructura de la iglesia católica en esta nación, que por otra parte tiene más de tres mil islas.
Está dividida en 16 Diócesis, que se agrupan en tres archidiócesis. Al norte TOKYO con 5 diócesis sufragáneas: Sapporo, Sendai, Niigata, Saitama y Yokohama. Al sur NAGASAKI con cuatro sufragáneas: Fukuoka, Oita, Kagóshima y Naha (Okinawa). Respecto al año sacerdotal en esas Diócesis lo que he oido es que hay charlas acerca del sacerdocio y oración por los sacerdotes y por las vocaciones.
Y ahora entro propiamente en el tema contándoles lo que se está haciendo en mi archidiócesis de OSAKA, que tiene 4 Diócesis sufragáneas: Nagoya, Kyoto, Hiroshima y Takamatsu, que actualmente es mi Diócesis.
Se inició el Año Sacerdotal el 19 de Junio del 2009, con una misa solemne en la Catedral de Osaka, a la que estábamos invitados representantes de las otras cuatro Diócesis.
El año pasado se estuvo preparando una reunión de estudio para los sacerdotes a nivel archidiocesano, para estudiar las causas de las pocas vocaciones y buscar soluciones. Pero, porque en esas fechas estaba muy extendida la Gripe A, para evitar contagios, se suprimió la reunión. Se iba a realizar ese encuentro la semana anterior a la apertura del Año Sacerdotal. De donde yo concluyo que es muy oportuno y año de gracia para estas Diócesis.
Vueltas las aguas a su cauce ahora se está preparando un simposio con cinco sacerdotes, uno de cada Diócesis, como panelistas para el día de clausura, el 11 de junio de 2010. Nos hablarán de su andadura como sacerdotes. Habrá tiempo para compartir y oportunidad para exponer en particular lo concreto y personal, qué quieren que sea sobre la frase que cada uno eligió y puso en el recordatorio de la ordenación. Puede ser como un volver al principio e ir viendo cómo se ha vivido esa idea, que cada uno quiso que fuera como su ideal. Después habrá una conferencia sobre la identidad del sacerdote hoy. A continuación celebraremos la Eucaristía, para terminar con una comida de hermandad.
En Osaka han nombrado a dos sacerdotes para que reúnan y acompañen a los jóvenes que tengan vocación para cultivarla y procurar que esos jóvenes puedan influir en otros. Será, o es, un preseminario. También en la archidiócesis de Osaka está planeado una reunión de estudio para los sacerdotes para Junio del 2011 y el tema será sobre las vocaciones.
Y ahora hablo de lo que se está haciendo en mi pequeña Diócesis de Takamatsu. Hay parroquias o comunidades religiosas que rezan todos los días por los sacerdotes, o al menos todos los domingos.
El primer domingo de cada mes, en todas las misas dominicales, se lee antes de la bendición final un pasaje de un librito que se ha publicado recientemente acerca de los cuatro sacerdotes mártires que fueron beatificados en noviembre de 2008. Cómo, en medio de la persecución, después de pasar mil peripecias, llegaron a ordenarse sacerdotes en el extranjero, volvieron y entraron en Japón a escondidas y, sin pasar mucho tiempo, fueron descubiertos y martirizados, dando la vida por Cristo. Es un momento de reflexión tanto para los sacerdotes como para los fieles. Se termina con una oración por los colaboradores de los obispos.
Este año se ha celebrado con solemnidad especial la Misa Crismal. Estaba la catedral llena de gente de todas las edades. Acudimos a la cita casi todos los sacerdotes, que alrededor del altar renovamos ante nuestro Obispo actual los compromisos que hicimos cuando nos ordenamos.
Las señoras de esta parroquia-catedral hicieron doce estolas iguales que recibimos de manos del Obispo, como signo de unidad y comunión. Se celebraron los 50 años de sacerdocio de uno de los misioneros. Para terminar tuvimos un ágape para todos los asistentes.
En la reunión de primavera, este mes, tanto los jóvenes como los niños pensarán sobre la figura del sacerdote. Antes de reunirse hablarán con sus respectivos curas, preguntándoles por las razones por las que eligieron ese camino del sacerdocio.
En la Diócesis de Takamatsu, además de los actuales tres seminaristas: un japonés, un coreano y un vietnamita, desde este mes de abril vendrán a vivir con nosotros, en la residencia del Obispo, dos jóvenes japoneses y otros nos visitarán algunos fines de semana o en algún descanso, porque están en proceso del discernimiento de su vocación. Lo que el Sr. Obispo intenta es ayudarles en la elección de su vocación, e incluso, si decidieran ser sacerdotes, ayudarles a buscar la forma concreta. Se trata de un preseminario.

Desiderio Cambra

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