Quisiera que estas líneas
sean una acción de gracias para todos mis compañeros de
Tailandia, pero especialmente a Ángel Becerril que me ha dado tanta ilusión y me ha permitido pasar unos días preciosos con ellos y con las comunidades
con las que he compartido mi vida durante 10 años. Han sido sólo 15 días desde el 17 de enero al 1 de febrero, pero encantadores.
Doy gracias al obispo José Luchay Thatwisai por la acogida y a todo el personal y trabajadores de la casa Manda Prasong, tan atentos conmigo en estos días.. Igualmente dar las gracias a cuantos me han acogido, las diversas comunidades, las dominicas de Udón y también muy especialmente a mis amigos Surasak y Rasami con quienes he pasado unos días fabulosos en su jungla de Nakon Nayok.
Es verdad que no he
podido visitar a tanta gente como me hubiera gustado visitar o con las que me
hubiera gustado encontrarme; el tiempo, las posibilidades logísticas son las
que mandan y no los deseos del corazón. Doy gracias por saborear los platos de la cocina de Isaan desde la óptica vegetariana, por sentir el picante del som tam, del tom yam, del canom chin, del thai pat,...
Doy gracias a los medios modernos de las mensajerías que me han permitido encontrarme
con las voces y rostros de quienes han acompañado mi caminar misionero y seguir
manteniendo la amistad. Tantas personas de Huey Lep Mue, Pusawat, Huey Suam, Non Yang Kham, Ponsung...religiosas capuchinas...
He compartido la alegría
y el gozo con comunidades renovadas en sus infraestructuras, en sus objetivos y trabajos pero mejor aún en sus
miembros, ello son, sin duda, indicadores de esperanza, de futuro, de
renovación, de sueños.
Traigo también el dolor ante
los problemas, obstáculos y dificultades que se habrán de superar para poder
ser una luz, ser sal y una referencia luminosa ante las comunidades hermanas del
budismo circundante y casi mejor ante la propia verdad de la fe que profesamos para no poner en entredicho el Amor misericordioso del Padre que se hace
aparecer en el Evangelio de la alegría, del perdón y de la paz. Gracias una vez más y continuaremos nuestro servicio de la Misión de Dios.
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