sábado, 19 de marzo de 2016

ANTONIO ÓNEGA PACÍN, DESCANSE EN PAZ

Compañeros y hermanos:Esta tarde a las 15,34 se nos fue el amigo y hermano Antonio Ónega Pacín. Traía una situación bien precaria desde hace unos días. Desde hace meses la alimentación le resultaba difícil, a pesar del “sten” (cánula). Los últimos días le mantenía el suero, porque ni agua toleraba. Se ha mantenido bastante tranquilo por la morfina que recibía y no ha sufrido ni ha sido traumático su deceso.

foto última

Se fue como una vela que se va apagando. Nuestro padre Dios ha sido misericordioso con él. Se ha visto rodeado de las atenciones y cariño de muchas personas amigas que no lo han dejado ni de día ni de noche, en especial Mariela Monge Vega y las religiosas hnas. de la caridad.
Nos duele su partida, pero en las manos de un Padre tan bueno ha llegado a la meta final y siempre soñada. Nos ha dejado el compañero, hermano y amigo y aunque esperado y temido no deja de ser doloroso tal suceso. ¡Descanse en paz!
Quiso siempre hacernos la vida más agradable y amable. No siempre fácil para quien era amante de la vida, de la tranquilidad y la paz imperturbable. Fue un luchador indesmayable por su vida.
Supo ayudar y acompañar a toda persona con problemas, con un consejo esperanzador y una oración alentadora, devolviendo la paz a quienes la habían perdido. Pudo sentir la cercanía y el apoyo de tantas personas que siempre quisieron estar y  hacerse cercanas. Pudo sentir el poder de la oración cuando se presentaron las horas y los días de oscuridad y de prueba: lucha de la que supo salir triunfante y fortalecido. Supo ser hombre sereno, tranquilo que en medio de una sociedad del consumo desenfrenado y la superficialidad mantuvo la calma y serenidad.  No se dejó conquistar por las apariencias fastuosas del consumo y el engaño, de un bienestar ilusorio y aparente.
Ahora en las manos del padre habrá hallado la verdadera y auténtica felicidad y bienestar sin mentira ni engaño que nada ni nadie podrá arrebatarle. ¿Descansa en paz amigo, compañero y hermano  en las manos de un Padre con corazón de Madre. Te enfrentaste a la última batalla - la más importante y decisiva- con decisión y valentía y la ganaste. Sal a recibirnos cuando llegue nuestra hora, que no puede tardar. La Palabra del Señor Jesús es Palabra de esperanza que en ti ya se ha hecho verdad.
Hasta pronto compañero, hermano y amigo Antonio.

José Luis Gómez Barona.

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